COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO TERCERO: 9

Padre Arnaldo Bazán

"Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él"(3,13).

Esta es la primera vez que aparece Jesús, ya adulto, en el evangelio de Mateo. Viene, por tanto, desde Nazaret, donde se había criado y vivido hasta entonces. Y lo hace, afirma el evangelista, para ser bautizado por Juan.

¿Qué hizo Jesús durante los treinta años que transcurrieron desde su nacimiento hasta este día en que se acerca al Bautista para recibir su bautismo?

Poco es lo que sabemos. Sólo Mateo y Lucas nos hablan de Jesús niño. Y no concuerdan exactamente con algunos datos, posiblemente porque tuvieron diversas fuentes de información sobre esos acontecimientos. Así Mateo no narra la adoración de los pastores ni la presentación en el Templo, ni la visita al mismo que hiciera Jesús con José y María a la edad de doce años, mientras que Lucas calla sobre la presencia de los Magos, la huida a Egipto y la matanza de los inocentes por orden de Herodes.

En lo que los dos coinciden es en afirmar que José y María regresaron a Nazaret, ahora con Jesús niño, pues era el lugar donde ellos vivían anteriormente.

Ninguno de los evangelistas podía conocer estos hechos de los que pocas personas fueron testigos. Mateo fue un apóstol que conoció a Jesús adulto, mientras que Lucas nunca lo conoció, ya que se convirtió del paganismo por la predicación de Pablo. Ambos debieron indagar sobre lo que había ocurrido en los comienzos, pero sus fuentes pudieron ser distintas y cada uno recibió una información parcial, que es la que nos transmiten en sus evangelios.

Muchos han aprovechado la ausencia de datos más allá de los que nos presentan ambos evangelistas hasta los doce años de Jesús, para inventarse viajes del mismo a la India o a otros lugares, sacados probablemente de escritos gnósticos de los siglos II y III.

Pero se ve bien claro, por la narración de los evangelios, que cuando Jesús comienza su predicación, después de muchos años de vida silenciosa en Nazaret, los primeros sorprendidos y asombrados fueron sus vecinos, en un pueblecito donde todos se conocían, pues Nazaret no era más que un villorrio insignificante que ni aparecía en los mapas de entonces.

Fue pues, llegada su hora, en que Jesús emprende lo que hoy llamamos su “vida pública”, su labor apostólica, despidiéndose de su madre y de su pueblo, para ir directamente a orillas del Jordán a ser ungido por el Espíritu Santo. Eso fue lo que ocurrió luego que Juan derramara el agua sobre la cabeza del Hijo de Dios.

Arnaldo Bazán