Voz del Papa
Novedades en el Rosario
José Martínez Colín
1) Para saber
En
momentos difíciles, la santa Madre Teresa de Calcuta aconsejaba: “Aférrate al
Rosario como las hojas de la hiedra se aferran al árbol; porque sin nuestra
Señora no podemos permanecer”. A su vez, San Juan Pablo II decía: “El Rosario
me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he
confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo”. El Santo
Cura de Ars confesaba “Con esta arma le he quitado muchas almas al diablo”.
Ahora,
el Papa Francisco ha pedido incluir tres invocaciones marianas en las letanías
del Rosario. Se trata de “Madre de Misericordia” (Mater misericordiae), “Madre
de esperanza” (Mater spei) y “Ayuda de los migrantes” (Solacium migrantium).
El
lugar que les corresponden en las letanías lauretanas varía: para “Madre de
Misericordia”, es después de “Madre de la Iglesia”; para “Madre de Esperanza”,
es después de “Madre de la Divina Gracia”; “Ayuda de los Migrantes” es después
de “Refugio de los Pecadores”.
2) Para pensar
Después
de que Japón empezó a ser evangelizado, se desataron crueles persecuciones
contra los cristianos hasta casi exterminarlos. Japón quedó cerrada por siglos
sin posibilidad de enviar misioneros. Sin embargo, cuando al fin pudieron
entrar misioneros, pensaban que nadie tendría la fe y tendrían que empezar
desde cero. Pero se llevaron una gran sorpresa al encontrarse con que había personas
con fe. La fe no se había extinguido. Aún había un núcleo reducido de católicos
que con gran sigilo seguían practicando la religión. Además de seguir
bautizando ocultamente, el gran medio para esta maravillosa perseverancia había
sido el Rosario, que continuaban rezando. Para esto tenían unas láminas que
representaban los 15 misterios.
3) Para vivir
En
una homilía reciente, el Papa Francisco advirtió que “la cultura del bienestar,
nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los
otros, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero no son nada,
son la ilusión de lo fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia
hacia los otros, lleva a la globalización de la indiferencia”.
Por
ello, el Papa pedía a la Virgen María, “Ayuda de los Migrantes”, que nos haga
descubrir el rostro de su Hijo en todos los hermanos y las hermanas obligados a
huir de su tierra por tantas injusticias. Que lo reconozcamos en el rostro de
los pobres, de los enfermos, de los abandonados y de los extranjeros. Buscar el
rostro de Cristo constituye una actitud fundamental, pues es el objetivo de la
existencia: “El rostro de Dios es nuestra meta y también es nuestra estrella
polar, que nos permite no perder el camino”.
Así
como desde el principio los discípulos de Jesús aprendieron a alabar a la
‘bendita entre las mujeres’ y a contar con su intercesión maternal, así
nosotros acudimos a Ella. Que sea el consuelo de los afligidos, la compañía de
los casados para que nunca falte en su hogar el amor y el respeto recíproco… “el
Rosario es la oración que acompaña siempre mi vida; también es la oración de
los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”, aseguró el Papa
Francisco.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y
Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)