COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO SEGUNDO: 7

Padre Arnaldo Bazán

"Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle” (2,13).

Los acontecimientos de la Historia son todos permitidos por Dios, pero no todos queridos por El.

El Creador dio a los seres humanos un don especial que es, al mismo tiempo, la causa de sus males. Ese don es la libertad, por el que somos capaces de elegir entre el bien y el mal.

Hubiera sido mucho más fácil para nosotros que Dios nos hubiera hecho impecables. Pero así no hubiéramos sido las dignas criaturas inteligentes del Creador. Hubiéramos actuado siempre bien porque no nos quedaba otro remedio.

Esto nos habría convertidos en algo así como “robots”, esos aparatos increíbles que realizan montones de funciones, pero siempre dirigidos por la voluntad del ser humano. Están programados para hacer esto o aquello, y no pueden hacer otra cosa porque no tienen voluntad ni capacidad de elección.

Así pasa también con los animales. Están sometidos al “instinto”, que los hace actuar siempre de la misma manera. Tampoco tienen voluntad propia, y sólo se diferencian de los “robots” en que el hombre no puede “programarlos”, aunque si amaestraerlos, aunque no a todos.

Todo esto para comprender que hubiera sido fácil a Dios desbaratar los planes que ya se urdían en la cabeza del déspota que era Herodes. Al igual que todos los dictadores y tiranos que ha habido en el mundo, aquel reyezuelo no podía aceptar que alguien viniera a arrebatarle el reino que él pensaba reservado para él y sus hijos.

Por eso, al menor peligro de sedición, actuaba cruelmente contra los que le desobedecían o ponían en peligro su mandato.

Ahora aparecen esos magos a perturbarle la vida. El, que se sentía tan seguro, pues contaba con que los romanos lo seguirían apoyando porque convenía a sus intereses, recibió la noticia del nacimiento de un “rey de los judios” como si fuese hiel en la boca. De inmediato su cerebro comenzó a trabajar, a preparar un plan, pretendiendo además involucrar en él a los propios “magos” que le habían traido aquella noticia nefasta que le horrorizó de inmediato.

Tenía que acabar con aquella amenaza. Pero Dios se le adelantó. No intevendría directamente contra Herodes, pero pondría a salvo a su Hijo.

Así José fue alertado en sueños. Tenían que huir a Egipto, donde estarían seguros hasta nuevo aviso.

Arnaldo Bazán