Acciones e intereses
P. Fernando Pascual
13-6-2020
Salgo de casa: quiero comprar
un libro. Llamo a un amigo: quiero saber cómo sigue de salud. Busco un abrigo
en el armario: quiero abrigarme.
Detrás de muchas acciones hay
intereses más o menos claros (comprar, saber, abrigarse), y una larga lista de
deseos que fundan nuestras decisiones.
Entre los intereses, algunos
son malos y otros son buenos. Es malo el interés que surge desde el egoísmo,
que está dispuesto a usar medios dañinos para satisfacer mis ambiciones.
Es bueno el interés que se
propone un objetivo correcto, que escoge medios moralmente válidos, que respeta
la justicia.
El mundo está lleno de
intereses. En ocasiones, pueden “chocar” dos intereses buenos, por ejemplo, si
dos personas al mismo tiempo quieren ocupar el mismo asiento libre de un tren.
El choque entre intereses se
podrá resolver mejor si cada uno escoge buenas acciones desde un sano diálogo,
que ofrece pistas de solución, y luego todos aceptan el resultado de la
deliberación común.
Otras veces el choque de
intereses está rodeado de trampas por una de las partes implicadas o por varios
actores, hasta provocar incluso conflictos verbales, agresiones físicas, o, en
casos más extremos, guerras dañinas.
Cuando no hay choque visible,
cuando uno puede poner en marcha las acciones que permiten alcanzar intereses
buenos, el resultado genera la alegría de quien obtiene aquello que deseaba con
mayor o menor intensidad.
Este día emprenderemos muchas
acciones, pequeñas o grandes, simples o complejas, desde intereses buenos o
malos.
Para que el mundo mejore un
poco, y para que mi corazón llegue a ser realmente sano, justo, bello, pediré
luz a Dios y a personas prudentes y honestas, para que me ayuden a apartarme de
malos intereses, y para identificar y seguir intereses que sean realmente
buenos y solidarios.