TÚ ERES UN SIGNO DE DIOS

Lucio del Burgo

Hoy también tenemos entre nosotros los signos del Reino. Javier es un voluntario que visita a los enfermos. Tiene mucha confianza con ellos. Posee la habilidad de hacer brotar en los enfermos una sonrisa. Escucha, pregunta, está un rato con ellos. Los enfermos anhelan siempre su llegada. Javier es para ellos una medicina y además sin efectos negativos.

El profeta Isaías señala algunos signos de Dios: Los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, los mudos hablan (Cf. Is 35, 1-10). Los profetas eran expertos en las señales de Dios que existían en su mundo.

También entre nosotros hay muchos signos de Dios. Como el que os he señalado. Hoy, en la noche y oscuridad de este mundo, existen las luces de Dios: realidades que nos dan esperanza y sentido de vivir.

Tú y yo podemos ser estos signos de Dios en el mundo que nos rodea. Despertando la esperanza de los hombres y mujeres de hoy. Sembrando el optimismo y la alegría de vivir, hoy que ya se está pensando en la eutanasia. Escuchando a las personas que nadie escucha porque viven solas y a nadie les interesa, ni su discurso ni su vida.

Recibe la luz del Adviento, el Dios que pasa a nuestro lado. Transmite un poco de luz, que no es tuya sino de Cristo que te la dio en el bautismo. Eres luz de Cristo, no lo olvides. Toma conciencia de todas las realidades positivas que Dios ha sembrado en tu corazón. Eres un don. Que la Virgen Madre, modelo del Adviento te haga descubrir la riqueza que tienes a tu alrededor y que Dios ha preparado para que la ofrezcas a los demás.