Significado del Pesebre

El origen del “Nacimiento”

Pbro. José Martínez Colín

 

1)  Para saber

Se acercaba la Navidad y en un salón de clases de primaria, la maestra les relató la historia del nacimiento de Jesús. Luego los niños comenzaron a colocar las piezas del nacimiento bajo la coordinación de su maestra. Cuando acabaron, la maestra les preguntó si sugerían un cambio. Un niño dijo: “Yo creo que deberíamos cambiar de lugar al Niño Jesús y a Herodes”. La maestra intrigada le preguntó en dónde las quería poner. El niño seriamente le respondió: “Yo pondría al Niño Dios en el palacio y a Herodes en el pesebre”.

Los sentimientos del niño eran buenos y justos, pero la realidad fue otra. Dios quiso mostrarnos así su amor. Decía San Agustín que el pesebre de Belén no sólo es el lugar donde Jesús nace, sino que también es la primera cátedra, pues aunque no sabe hablar, ya nos da unas lecciones magistrales. A ello nos conduce la reciente carta del Papa Francisco con fecha de primero de diciembre: “El hermoso signo del pesebre”.

El Papa nos alienta a poner un Nacimiento, o Belén, en los hogares, y también en las escuelas, en el trabajo, hospitales, la cárcel, las plazas... Pues son un anuncio, alegre y sencillo, del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.

2)  Para pensar

Cada “Nacimiento” o “Belén” es la tradición de representar el pueblo de Belén. Es costumbre ponerlo con la familia y seres queridos, pero ¿cuándo surgió esta costumbre?

En su carta el Papa Francisco explica su historia. Se debe precisamente a San Francisco, del cual el Papa tomó su nombre. Era diciembre del año 1223 cuando estando en Greccio, Italia, le pidió a un hombre, de nombre Juan, que lo ayudara a representar la escena del nacimiento de Cristo.

El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchas personas trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco, encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas mostraron una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Comenta un biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, que esa noche, uno de los presentes tuvo una visión maravillosa: vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús.

El “Nacimiento” nos une a todos llenos de alegría, uniéndonos también al mismo acontecimiento.

3)  Para vivir

Cada “Nacimiento” contiene diversos signos y el Papa quiso reflexionar sobre ello. Y el primero es el pesebre. El evangelista Lucas dice sencillamente que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada» (2,7).

El pesebre era un sitio donde los animales van a comer y ahí fue puesto Jesús. Un simbolismo que san Agustín había descubierto cuando dice: «Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para nosotros» (Serm. 189,4). Además, el mismo nombre de “Belén”, deriva de la palabra “Bet-léhem” que significa “Casa del pan”. Jesús se definirá como «el pan bajado del cielo» (Jn 6,41) y nos invita a comer su cuerpo. Realidad que se llevará a cabo con la Eucaristía.

Podemos ver que ya estaba anunciado desde el mismo nacimiento del Salvador su gran amor al venir al mundo para que nos unamos a Él. Estos días podemos acercarnos a la Eucaristía con mayor agradecimiento. (articulosdog@gmail.com)