Manipulaciones, manipulados y
manipuladores
P. Fernando Pascual
30-11-2019
Hablar de manipulaciones
permite fijar la atención en dos tipologías de personas: los manipulados y los
manipuladores.
La persona manipulada cae en
un engaño por motivos diferentes. A veces cree que el titular de un periódico
corresponde al contenido, cuando no pocas veces el titular dice lo contrario de
lo que le sigue.
Otras veces uno es manipulado
por carecer de conocimientos básicos en un tema en cuestión: basta una simple
mentira para hacer sucumbir en el engaño a ingenuos e iletrados.
No pocas veces una persona es
manipulada por falta de habilidad a la hora de distinguir entre un razonamiento
válido y un sofisma más o menos bien pensado.
Si son diversas las situaciones
y causas que llevan a unos a ser manipulados, también son diferentes los
motivos que provocan las acciones de los manipuladores.
Porque algunos manipuladores
lo son casi de modo inconsciente: repiten de buena fe una información falsa y
así engañan a quienes les escuchan.
Otros manipuladores trabajan
con malicia: buscan conseguir algunos beneficios concretos para sí mismos o
para otros al defender una idea política, o al promover violencia, o al
desencadenar tensiones, o simplemente al provocar una crisis económica con sus
manipulaciones.
Los manipuladores con malicia
pueden hacerlo con más o menos habilidad, pero por desgracia muchas veces
tienen un éxito sorprendente al ser creídos por miles de personas fácilmente
manipulables.
En un mundo donde las mentiras
giran casi sin controles, donde las falsas noticias ("fake
news") tienen más velocidad que los desmentidos,
las manipulaciones pueden provocar daños que duran años y años.
Por eso vale la pena cualquier
esfuerzo por promover la cultura, por enseñar el espíritu sanamente crítico en
las personas, por ayudar a la gente a defenderse ante titulares engañosos o
mentiras que giran con facilidad inusitada.
Al mismo tiempo, es oportuno
castigar convenientemente a manipuladores que causan daños de gravedad en los
individuos o en los grupos, sobre todo si provocan tensiones sociales
explosivas.
Porque quien pone en giro una
falsedad con malicia y para intereses turbios es el responsable de buena parte
del mal uso que otros hagan de esa falsedad y de las víctimas que se vean
dañadas por una manipulación descontrolada.
Es posible imaginar un mundo
con menos manipulaciones cuando los manipuladores sean denunciados con
eficacia, y cuando las personas de cualquier condición social cuenten con
medios y ayudas para defenderse de las mismas y para abrirse a todo lo
verdadero y bueno que enriquece la existencia humana.