ADQUIRIR Y NO USAR

Padre Pedrojosé Ynaraja


Es una de las particularidades de nuestro tiempo. Una costumbre, más bien un mal vicio del que no somos conscientes. Comprar porque puedo y me gusta o es buena adquisición, sin que lo necesite. No se es consciente de que el dinero que tengo no es totalmente mío.

Que la riqueza es un don de Dios, una prueba de la predilección que con algunos tiene y debe estarle agradecido y gozarla sin detenerse a analizar responsabilidades, no es precisamente genuina doctrina propia de la Fe católica.

Una de las cosas que me gusta visitar en Lourdes y mostrar a los que conmigo puedan venir, es la capilla de la “Cité Saint Pierre, Secours catholique”. Se trata de una reproducción de uno de los lugares donde le tocó vivir a Bernadette. Está situada en un calvero de la que llaman “Catedral de la naturaleza”. Al lado izquierdo del altar, colgado de dos soportes, en uno está el Sagrario y en el otro un globo terráqueo. Invita a tener siempre presente a Jesús-Eucaristía, al que adoramos, y al mundo entero, sembrado de pobreza material y espiritual, con el que debemos sentirnos siempre solidarios.

(Los soportes creía correspondían a los de una balanza en equilibrio. He recurrido a Internet pero no he podido asegurarme de ello).

¡Cuántas cosas: aparatos, vehículos, casas, adquirimos porque es una buena ocasión y el precio muy interesante, aunque no haga falta! Y mientras tanto ¡Cuántas personas hermanas nuestras, en el mismo momento, están muriendo de hambre, sed o frío!

La situación puede ser otra. Desde los vestiditos que a la criatura ya le vienen pequeños, la nevera que no es suficiente grande, las estufas innecesarias, pues, se he instalado aire acondicionado, el horno, el microondas, etc.

En otro ámbito, el PC que carece de memoria suficiente, le impresora que ya no cumple las necesidades del despacho o el Tablet donde no caben todos los libros de consulta.

¿Qué hay que hacer? ¿tirarlos? ¿aprovechar que se lo lleve la empresa que nos trae la nueva adquisición?  (continuaré)