Sobre el Padrenuestro (y 16)
Vivir el Padre Nuestro
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El
Padre Nuestro, como muchas oraciones, termina con la palabra “Amén”. Dicho
término es de origen hebreo y suele traducirse como «así sea», con un sentido
aprobatorio. Es empleada en el judaísmo, el
cristianismo y el islam. Esta palabra se utiliza generalmente para concluir las
oraciones.
El
Papa Francisco culminó la serie de catequesis sobre el “Padre Nuestro”. A modo
de síntesis consideró que la oración cristiana nace de la audacia de llamar a
Dios como nuestro “Padre”. Jesús vino a introducirnos a la intimidad filial con
Dios; vino a revelarnos al Padre y nos da familiaridad con Él. Y, como dice san
Pablo, es por el Espíritu Santo, por el cual podemos llamar a Dios como Padre,
pues realmente lo somos por la gracia del bautismo (cfr. Rom 8, 15).
2) Para pensar
Al
rezar “Amén”, al final del Padre Nuestro, decimos que confirmamos todo lo que
acabamos de decir. “Amén” significa ‘en verdad’, ‘ciertamente’ o ‘que conste’. Su raíz implica firmeza,
solidez, seguridad. En el Talmud se indica que la palabra 'amén' es un acróstico que se podría traducir como “Dios, Rey en el que se puede confiar”.
Al
respecto, la CNN informó sobre una noticia llamativa. Sucede que en abril
pasado, el día 18, un señor, Eric Wagner, y su equipo, se encontraba navegando
en su yate por el mar a más de tres kilómetros de la costa. Habían salido de
Florida, Estados Unidos.
Eric
declaró: No creía lo que pasaba, definitivamente era un grito que escuchamos y
luego vimos un brazo agitándose en el mar… Fue algo sorprendente que los
escucháramos, pues estaban a 130 metros de distancia. Eran un par de
adolescentes. No dudamos en auxiliarlos.
Rescataron
a Tyler Smith y Heather Brown, quienes habían permanecido en el agua por casi
dos horas antes de encontrarse con el yate. Ambos jóvenes de 17 años se
encontraban nadando en la playa de Vilano, cuando una fuerte corriente los
alejó de la orilla. En medio del temor y del cansancio, ya casi no podían más y
empezaron a rezar. Tyler comentó después: Yo grité a Dios: ‘si realmente tienes
un plan para nosotros, por favor, ven. Sólo tráenos algo'. Entonces apareció el
yate. Al momento de ser rescatada, Heather afirmó: “Dios es real”. Y cuál no va
siendo su sorpresa cuando vieron el nombre del yate: estaba pintado ahí: “Amén”.
Lo vieron como si Dios hubiera dicho, “Así sea, como me lo piden”.
Wagner
concluyó: “Realmente creo que fue una intervención divina. No tuvo nada que ver
conmigo. Me pusieron en el lugar correcto en el momento adecuado… Y respecto al
nombre “Amén”, definitivamente lo mantendré para siempre”, dijo.
3) Para vivir
En
los Evangelios nos encontramos que Jesús vive lo que el Padre Nuestro declara.
Es un ejemplo para que así también lo vivamos: alabando a Dios, teniendo
confianza en Él, querer que se haga la voluntad del Padre, pedirle perdón y
perdonando…
Nosotros
no podríamos rezar nunca sin la fuerza del Espíritu Santo, dice el Papa
Francisco. Es él quien reza en nosotros y nos mueve a rezar bien. Podemos pedir
al Espíritu Santo que nos enseñe a rezar, porque el Espíritu nos hace capaces
de orar como hijos de Dios. Que seamos humildes para dejar que el Espíritu
Santo venga a nosotros y sea Él quien nos guíe en la oración. (articulosdog@gmail.com)