Voz del Papa
Sin ternura somos ácidos
José Martínez Colín
1) Para saber
Durante
su Audiencia del 8 de mayo, el Papa Francisco recordó su reciente viaje a
Bulgaria y Macedonia. En Bulgaria el Papa se emocionó al dar la primera
Comunión a 249 niños, y mencionó que eran el futuro de la Iglesia, el futuro de
Bulgaria.
Por
otro lado, el Pontífice destacó que en Macedonia del Norte lo acompañó “la
fuerte presencia espiritual” de santa Madre Teresa de Calcuta, quien nació ahí,
en Skopje, en 1910. Y afirmó: “En esta mujer, pequeña pero llena de fuerza,
gracias a la acción del Espíritu Santo, vemos la imagen de la Iglesia: una
pequeña comunidad que, con la gracia de Cristo, se convierte en un hogar
acogedor en donde muchos encuentran consolación para sus vidas”.
En
Macedonia el Papa visitó el Memorial de la Madre Teresa y bendijo también la
primera piedra de un santuario que será dedicado a ella.
2) Para pensar
El
Papa quiso destacar un profundo consuelo que encontró: Fue la experiencia con la
ternura de las Misioneras de la Caridad con los pobres en Macedonia, en el
memorial de Madre Teresa. Señaló que “había muchos pobres y se veía la dulzura
de esas hermanas. Curaban a los pobres sin paternalismo, como si fueran sus
hijos. Una dulzura, también la capacidad de acariciar a los pobres, la ternura
de estas hermanas”.
Esa
dulzura contrasta con la mala costumbre de insultarnos, afirma el Papa, en
donde “un político insulta a otro, un vecino insulta a otro, también en las
familias se insultan entre ellos. También hablar a espaldas de los otros, la
calumnia, la difamación... y ver estas hermanas que curaban a cada persona como
si fuera Jesús” ha sido una experiencia conmovedora.
En
concreto, un hecho le impactó al Papa. Así lo relata el mismo: “La superiora de
las Misioneras de la Caridad llegó con un joven y me dijo “este es valiente” y
lo acarició y me dijo delante de él: “Rece porque bebe demasiado”, pero con la
ternura de una mamá. Así me ha hecho sentir a la Iglesia como una buena madre.
Es una de las cosas más bellas encontrar la maternidad de la Iglesia. Yo la
sentí allí”.
Pensemos
si en nuestro actuar no estará faltando la caridad demostrada en la ternura o
afabilidad hacia los demás.
3) Para vivir
En
ocasiones nosotros los cristianos, nos advierte el Papa, perdemos esta
dimensión de la ternura, y cuando no hay ternura somos demasiado serios, somos
ácidos, pues la caridad es alegre, no ácida, y estas hermanas son un buen
ejemplo”.
Esas
mujeres viven la ternura evangélica, pero “esta ternura nace de la oración, de
la adoración… Acogen a todos, se sienten hermanas, madres de todos, pero lo
hacen con ternura”. Y lo pueden hacer porque se esfuerzan por descubrir siempre
el rostro de su gran amor, Jesús, en todos aquellos que están al borde del camino”.
La
santa Madre Teresa de Calcuta solía decirles a sus hijas espirituales:
“Prefiero que se equivoquen con afabilidad, a que hagan milagros con
desabrimiento”.
La
santa Madre de Calcuta soñó a lo grande y por eso también amó a lo
grande”, dijo el Papa, y animó a seguir el ejemplo de la Madre quien “no tuvo
miedo a soñar a lo grande” y que por ello también amó a lo grande. El Papa profundizó
en lo que significa ese soñar, pero de ello se tratará en el próximo artículo.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y
Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)