Un nuevo documento
El Papa y los jóvenes
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Con fecha de 25 de marzo de 2019, fiesta de la Anunciación, el
Papa Francisco firmó la Exhortación Apostólica Postsinodal “Christus vivit”
(Cristo vive) en el Santuario Mariano de la Santa Casa, en Loreto, Italia.
Se trata de un documento especialmente dirigido a los jóvenes de
la Iglesia, pero también a todo el Pueblo de Dios, esperando que la reflexión
sobre los jóvenes nos estimule a todos. El Papa alienta a crecer en la santidad
y en el compromiso con la propia vocación.
Esta Exhortación Apostólica es el resultado del Sínodo sobre los
jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional que se celebró del 3 al 28 de
octubre del año pasado. Consta de 299 puntos en que se tratan diferentes temas,
entre los que destacan: una Iglesia joven que se renueva, María como referente
para los jóvenes, la juventud en un mundo en crisis, la relación entre los
jóvenes y los ancianos, la juventud como momento para el discernimiento de la
vocación, la vocación al matrimonio y la vocación a la vida consagrada.
2) Para pensar
En
la Exhortación, el Papa Francisco recuerda a varios jóvenes que, cada uno en su
propio camino, alcanzaron la santidad amando la voluntad de Dios. Entre otros, recordó
a San Sebastián, San Francisco de Jesús, Santa Teresita del Niño Jesús.
Santa
Teresita del Niño Jesús, por ejemplo, que nació en 1873, a sus 15 años atravesó
muchas dificultades pero logró ingresar a un convento carmelita. Vivió el caminito
de una confianza total en el amor del Señor y se propuso alimentar con su
oración el fuego del amor que mueve a la Iglesia.
Recordando
que Jesús dice que a quien más se le perdona, ama más, Ella, aunque no había
cometido pecados graves, sentía que Jesús le había perdonado más que a muchos
pecadores. La santa lo explicaba poniendo un ejemplo: Supongamos que el hijo de
un sabio doctor, al tropezar en su camino con una piedra, cae y se rompe un
miembro. Acude a su padre al punto, lo levanta amorosamente, cura sus heridas,
y luego el hijo, curado, le demuestra su gratitud. Mas he aquí otra suposición:
Habiéndose enterado el padre de que en el camino por donde ha de pasar su hijo
hay una piedra peligrosa, la quita, sin ser visto. Su hijo ignora la desgracia
de que le ha preservado la mano paterna, pero cuando lo descubre todo, ¿no le
querrá mucho más? Pues bien, decía santa Teresita, “yo soy ese hijo, objeto del
amor providente de un Padre… Me ha dado a conocer la inefable previsión con que
Él me amó, para que ahora le ame con locura”. Por ello, debía amarle mucho,
porque no solo le perdonó mucho, sino todo.
Pensemos
si sabemos reconocer y agradecer a Dios su perdón y el que nos haya evitado en
la vida tantos males.
3) Para vivir
La
santidad no es cuestión de años, sino de amor. Por ello, ha habido muchos
jóvenes que alcanzaron la santidad en su corta vida: “Ellos fueron preciosos
reflejos de Cristo joven que brillan para estimularnos y para sacarnos de la
modorra… son una muestra de qué son capaces los jóvenes cuando se abren al
encuentro con Cristo”, afirmó el Papa.
Al
finalizar el texto de la Exhortación Apostólica anima a los jóvenes a “correr
más rápido que los lentos y temerosos”, pues la Iglesia necesita su entusiasmo,
sus intuiciones y su fe. (articulosdog@gmail.com)