Vacíos y omisiones en análisis
de importancia
P. Fernando Pascual
2-4-2019
Al hablar de la guerra se
pueden enumerar muchos factores que llevan a iniciarla, que la alimentan, que
la hacen más dañina. Al enumerar tales factores, a veces se dejan de lado palabras
y hechos que tienen su lugar si uno quiere conocer en serio lo que pasa.
Algo parecido puede decirse en
muchos otros análisis: sobre la economía, la vida familiar, la escuela, el
trabajo infantil, la crisis ecológica, las adicciones, y un largo etcétera.
Un análisis no puede decir
todo lo que se refiere al argumento abordado. Pero si busca ser de ayuda para
solucionar problemas graves y situaciones dañinas, ha de señalar aquellos
aspectos que tienen más importancia.
Sorprende, sin embargo, constatar
cómo algunos análisis tienen vacíos y omisiones extrañas, porque dejan a un
lado causas y elementos no solo relevantes, sino muchas veces decisivos en el
tema en cuestión.
Pensemos, por ejemplo, en las
guerras. Decir que las guerras existen porque hay traficantes de armas es
ciertamente válido. Como lo es indicar que en toda guerra se comenten
injusticias.
Pero sería extraño no decir
una sola palabra sobre la psicología humana que permite odios, violencias,
ambiciones y un largo etcétera de factores que entran como un huracán dañino en
tantas guerras. O dejar a un lado que en algunas guerras hay personas que
tienen parte de razón y luchan por defender la justicia.
Por eso, al elaborar un
análisis sobre temas de importancia vale la pena ir a fondo en todos aquellos
que explican los procesos humanos. Solo entonces será posible una buena
comprensión de los problemas, para luego presentar propuestas bien orientadas
que sirvan para corregir lo malo y para promover lo bueno y justo entre
nosotros.