-Una
conversión que es posible-
Lucio del Burgo OCD
Una persona me decía: << ¡qué
difícil es convertirse! Toda la vida trabajando en esta tarea y siempre en el
mismo sitio: las mismas limitaciones, los mismos defectos, las mismas manías,
los mismos pecados…>>. <<Padre siempre me acuso de lo
mismo>>.
Si ponemos la confianza en nuestras
obras siempre saldremos decepcionados, deprimidos y derrotados. Si miramos la
conversión única y exclusivamente en el plano moral y ético, el ser perfectos,
siempre estaremos insatisfechos,
tentados de tirar la toalla.
¿Hay otro camino? Sí. <<Fijos los
ojos en Jesús>>. Así se expresa la Carta a los Hebreos cuando habla de la
aventura cristiana.
Que Jesús sea el pensamiento primero.
Que Jesús sea tu motivación más profunda. <<Señor, tu sabes que te
quiero>>, clamaba Pedro. Que Jesús te lleve al diálogo con él en los
acontecimientos de la vida. Que las palabras del Evangelio alimenten tu sed de
conocerlo. Que encuentres su rostro en cada persona que pasa a tu lado. Todo se
resume en Jesús.
Hay una realidad que no debes olvidar.
Toda esta tarea es un don que Dios regala al que se lo pide. No llegarás lejos
si cuentas solo con tus fuerzas y tus conocimientos. Pide, pide, pide. Jesús
está esperando a la puerta. Él no se cansa de esperar.