Discusiones sobre aspectos
particulares del catolicismo
P. Fernando Pascual
6-3-2019
La prensa, el cine, las
personas, incluso algunos gobiernos, han puesto y ponen en duda aspectos
particulares del catolicismo.
Así, surgen discusiones sobre
la vida religiosa contemplativa y su "utilidad". O sobre el celibato
de los sacerdotes. O sobre la moral sexual, especialmente sobre la
anticoncepción. O sobre la infalibilidad del Papa.
La lista podría ser mucho más
larga. Normalmente las discusiones y dudas surgen al confrontar un punto de la
doctrina católica con ideas culturales, filosóficas, científicas o de otro tipo
difundidas en nuestro tiempo.
Las discusiones y los debates
pueden desarrollar con mayor o menor profundidad. En ocasiones, se centran en
puntos concretos y dejan de lado otros aspectos que son vistos como menos
relevantes.
En realidad, la discusión
sobre un punto de la doctrina o de la moral católica no puede dejar de lado una
serie de preguntas fundamentales: ¿quién fundó la Iglesia católica? ¿Qué
garantías de verdad ofrece? ¿Existe un Dios detrás de su existencia?
Esas y otras preguntas
permiten afrontar las discusiones sobre otros puntos en una óptica global.
Porque criticar a la Iglesia porque no permite la ordenación de las mujeres y
no decir nada sobre la creencia católica sobre la Resurrección de Cristo
resulta extraño y conlleva el riesgo de perder la perspectiva correcta.
Por eso, antes de criticar
esta o aquella enseñanza de los católicos, vale la pena detenerse sobre los
avales (o la falta de los mismos) que la Iglesia tenga a la hora de presentarse
a sí misma como fundada por Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de María.
Solo entonces la discusión
sobre un punto concreto estará mejor contextualizada. Porque si uno afirma que
la Iglesia católica no viene de Dios ni esté asistida por el Espíritu Santo, el
debate se desarrollará de un modo muy diferente respecto a otro que sí acepta
que Dios fundó a la Iglesia y la sostiene y acompaña a lo largo de los siglos.