Miente en los medios masivos de comunicación acerca de la
sexualidad
Rebeca Reynaud
Muchos ciudadanos esperamos
con ansias buenas noticias en los medios de comunicación social, y sucede que
más bien nos muestran el lado oscuro del ser humano. Los niños tienen
ocurrencias geniales que se podrían transmitir, los jóvenes tienen iniciativas
de juegos o de deportes: muchos padres de familia hacen esfuerzos admirables
para sacar a sus familias adelante. Muchos viciosos cambian de vida. ¡Eso es lo
que queremos oír! Y no cosas que oprimen el corazón y la mente.
Todos podríamos ayudar al
ambiente si sólo hablamos bien de los demás y detenemos al que va a hablar mal
de los demás.
Si los gobiernos quieren
ayudar a que población no se contagie con las más de cincuenta enfermedades de
transmisión sexual que existen. El único método seguro para no contagiarse ni
sufrir emocionalmente ante las rupturas es la abstinencia sexual.
Le hacen promoción al
condón, a los anticonceptivos y no les dicen que pueden fallar en al menos un
20% de los casos.
Si los gobiernos quieren
ayudar a que población esté sana, que suba el sueldo mínimo para que puedan
alimentarse mejor, que fomente el deporte, el arte, los coros, las clases de
pintura, escultura y de algún instrumento musical.
Un gobierno que quiere
fortalecer a su pueblo, pone condiciones a los medios de comunicación –cine,
televisión, radio, prensa, etc.- para que no fomenten la sexualidad activa en
personas solteras, y en cambio fomente la abstinencia, la buena lectura, las
diversiones sanas, el amor a la cultura, y no para que pongan en situaciones de
riesgo a niños, adolescentes y adultos, con la pornografía, la droga y el sexo
fácil.
Conasida reporte que en
México, tres de cada mil personas adultas pueden ser portadora de VIH, y muchas lo
tienen aún en incubación. La solución no es el condón, es la abstinencia sexual.
La sexualidad está
maltratada por la televisión; le añaden cierta violencia y mal humor. Si el
sexo se presenta todo el día en la televisión, ¿cómo esperan que la gente no
quiera probarlo?
“En el cine todo el mundo lo hace,
casi siempre en la primera cita”. Cuando ves esto hasta la saciedad, empiezas a
pensar que las cosas son así y que está bien. Olvidamos que las películas mienten sobre cómo es la
realidad. Allí las parejas
no sienten culpa arrepentimiento, ni contraer enfermedades de transmisión
sexual. ¿Alguna vez has visto una película en la que muestre la traición que
siente una mujer al saber que está embarazada y que su novio no quiere volver a
verla? No lo muestran porque no es divertido.
Cuando la gente empieza a ser
sexualmente activo sin estar casado, pierde autoestima automáticamente. Las
chicas pueden sufrir una pérdida aún mayor de respeto de sí mismas. Al
animarlas a descubrir cada centímetro de su piel, la sociedad les enseña que su
cuerpo no merece protección. Alguna puede entregarse al chico que ama; si él no
recibe este don con respeto, la chica se da cuenta de que sólo fue “usada”.
El hombre inteligente busca la
belleza interior, no se queda con la fachada.
“Proteger nuestra virginidad debe
ser un acto de conservación muy arraigado –comenta Sean Covey-,
pues he visto a cientos de adolescentes lamentar su pérdida. En el fondo todos
sabeos que si nos decepcionan, sufrimos una pérdida irreparable”.