CLERICALISMO (6)
Padre Pedrojosé
Ynaraja
Aunque no
es lo mismo jerarquía que clerecía, en algo, o mucho, coinciden. Una de las
decisiones del concilio Vaticano II, o derivada de él, que aunque minucia
parezca, creo yo, fue muy importante: la obligación de jubilarse tanto obispos
como párrocos o semejantes a una cierta edad, y hasta la incapacidad de
participar en la elección del Papa, de los cardenales que han cumplido 80 años.
Se olvida
generalmente que una cosa es ministerio y otra vocación. Del ministerio,
parroquial o episcopal, puede haber jubilación, a la vocación debe uno siempre
ser fiel.
Los
lectores sabrán que un título que ostento es el de capellán del Montanyà. Este empleo es personal, no territorial. En
ciertas ocasiones, cristianos que acuden a misa por primera vez allí, amigablemente
me preguntan ¿Cuántas parroquias lleva usted? Pues mire, yo no llevo, ni poseo
parroquia alguna. Trato de ejercer mi ministerio en dos territorios. Uno de
ellos, no tiene ni iglesia, ni rectoría, ni casi siquiera fieles.
Nunca
nadie me ha preguntado ¿Cuál es su vocación? A mis 85 años puedo dejar de
ejercer un ministerio. Ahora bien, nunca dejaré, es mi propósito, y se lo pido
a Dios, de vivir de acuerdo con la vocación que fue llamada divina, que no me
atreveré a desoír y a la que quiero ser fiel siempre.
Un
aspecto eclesiológico que me gusta preguntar es: sabemos que Pedro fue roca de
la Iglesia por designio, anunciado y confirmado. Después, fue obispo de
Antioquía, posteriormente de Roma. ¿De dónde fue obispo Pablo? ¿Cómo hubiera
continuado existiendo la Iglesia post apostólica sin el trajín y los escritos
del apóstol de los gentiles y sin los de Juan? ¿hubo
clericalismo en ellos?
(No
ignoro, pero aparco, cuestiones de otro orden, cómo qué significado tenía el
episcopado de Simón o la autoría de los escritos evangélicos o epistolares, del
Juan autor, respecto al “discípulo amado” que acompañó al Señor durante su
ejecución y muerte. Me sitúo conscientemente, al margen de estas cuestiones
exegéticas).