Triángulo de las Bermudas
Marta Morales
Hace unos
años, se celebró una misa en el triángulo de las Bermudas a bordo de un barco,
como reparación porque en ese lugar los barcos de esclavistas que iban de
África a Norteamérica, tiraban por la borda -y estando muchos de ellos todavía
vivos- a los que se hubieran enfermado, debilitado o muerto en el camino.
¡Pobres seres humanos que morían maldiciendo a sus esclavistas, el lugar y todo
lo que les rodeaba! … Parece que ésa era la causa raíz de que se tratase de un
lugar maldecido.
Y parece que,
desde entonces, no han vuelto a desaparecer barcos, personas, ni a caer aviones
ahí.
Lo contaba
una persona experta en sanaciones. Y dijo que México tiene heridas
"ancestrales", tanto por la crueldad de las religiones precolombinas,
con sus miles de sacrificios humanos constantes, canibalismo, etc., como por
las dificultades de toda colonización -tanto los muertos en guerra de ambos
lados, como por los miles de fallecidos por enfermedades para los que cada lado
carecía de defensas inmunológicas, como por los abusos que hubo entonces, y que
ha seguido habiendo durante siglos -. La injusticia es endémica casi en nuestra
tierra.
Algunos,
ahora, pretenden salvarnos del halloween, dando culto
a la muerte oficialmente en todo el país, imponiéndolo de manera artificial,
tanto por la festividad del día de muertos, como por el hecho de que la
espiritualidad de la criminalidad organizada es la de la muerte (el demonio de
la muerte, mal llamado “Santa”).
A lo que hay
que sumar los cientos de millares de secuestrados, despojados, desplazados,
torturados, desaparecidos, y asesinados...
Y sin olvidar
la depredación que fueron la Docena Trágica y la Cristiada
(con muertos, hoy canonizados, en fechas tan tardías como los años cincuenta).
Por tanto,
suena razonable que hay que organizar Misas de reparación, y pedir perdón por
-y perdonar- los crímenes de nuestros antepasados. De otra forma, no se rompe
el dominio que ese demonio tiene sobre el territorio, lo que hace que las
curas, y los tiempos de paz y bien sean sólo temporales.