La democracia y el miedo
P. Fernando Pascual
10-11-2018
El ideal democrático se
construye sobre una premisa fundamental: la gente puede, al menos en teoría,
escoger candidatos que reflejen sus propias convicciones e intereses.
La práctica democrática, en
cambio, se construye desde un extraño juego de intereses de los partidos
dominantes por controlar las listas electorales, por lograr más representantes
en los parlamentos, por evitar una verdadera representatividad de lo que piensa
la gente.
Entre las tácticas de algunos
partidos políticos y medios de comunicación que apoyan sistemas democráticos
fosilizados y controlados por partidos "tradicionales" hay una muy
sencilla y, para muchos, convincente: promover el miedo.
¿De qué se trata? Cuando
grupos importantes de población podrían lograr ser representados en el
parlamento, aunque fuera con pocos candidatos elegidos, se asusta a los
votantes al avisar que tales candidatos favorecerían el triunfo de la derecha,
o de la izquierda, o provocarían una gran inestabilidad política.
Con esa táctica del miedo, se
presiona a la gente para que no voten por aquellos partidos y candidatos a
través de los cuales esperarían que fuesen defendidas sus ideas, y para que
escojan a los partidos mayoritarios más cercanos a tales ideas, aunque en
realidad no sean satisfactorios.
El famoso slogan del
"voto útil" es uno de los corolarios de esa táctica del miedo. Si
votas lo que realmente quieres, tendrás algo mucho peor en el gobierno de tu
país...
En realidad, el resultado de
miedos como el anterior suele ser la continuación por años y años de partidos
políticos muchas veces corrompidos y anquilosados, amantes patológicos del
poder, incapaces de escuchar lo que realmente necesita la gente.
Frente a las estrategias del
miedo, los amigos de sanas democracias buscarán modos concretos para que los
votantes escojan, de verdad, a los candidatos que desean, y no a aquellos que perpetuan sistemas muchas veces dañados en sus raíces. Solo
así será posible una auténtica regeneración de la democracia, que permita
reflejar un poco lo que son los intereses concretos de la gente.