Tarascon y Santa Marta de Betania

 

Padre Pedrojosé Ynaraja

 

En varias ocasiones yendo de camino a Lourdes, pasando por el departamento francés del Ariège, al ver el letrero de Tarascón, siempre me preguntan ¿es el de Tartarín de Tarascón? No, contesto yo. Y cuando digo que voy de viaje a Tarascon vuelven hacerme una pregunta semejante. En este caso digo que sí, pero que no voy por el tal Tartarín.

 

Por si el lector no está enterado, le advierto que en los estudios de aquel bachillerato de nuestra época, tanto en la asignatura de literatura universal, como en la antología adjunta a los manuales de lengua francesa, se citaba la tal obra. Imagino que nadie, yo incluido, nos preocupábamos, o nos hemos preocupado después de leerla, valorarla y recordar el contenido de esta novela de Alphonse Daudet (1840-1897) pero tal vez por la sonoridad del título, nunca la hemos olvidado y yo ahora, para satisfacer la curiosidad de los lectores, copio el resumen que me da Wikipedia. El lector avispado se dará cuenta de que se trata de un relato de cierta categoría, por ello nos tocó estudiarla, y catalogarla en el género humorístico.

 

Tartarín vive en un pequeño pueblo francés llamado Tarascón. En ese lugar, es presidente de la asociación de caza local y muy admirado por todos sus vecinos. Un día se desplaza a África para cazar un león. En el viaje conoce a un supuesto príncipe de Montenegro, que en realidad es un timador que espera estafarlo. Adquiere un camello para buscar al león y cazarlo. En el transcurso de su viaje salva de unos bandidos a una diligencia. Finalmente, cazará un león. Aunque se encontrará con que era un animal ciego y manso que un par de mendigos usaban para ganarse la vida exhibiéndolo, por lo que es linchado por esto. Sin embargo, sí puede conseguir la piel del animal y demostrar a sus vecinos que dio caza a un gran león”.

 

Advierto que durante algunas horas libros, por ser ya de noche, paseando sin otro propósito que respirar el ambiente del lugar, por cierto muy pacífico y silencioso, me encontré con un monumento dedicado al autor y obra que me he referido. Fatalmente, mis dos cámaras de calidad las había dejado en el hotel y solo llevaba en el bolsillo una compacta. La foto que ofrezco carece de la mínima calidad exigible a quien lleva 70 años moviéndose y enseñando el proceso de la captación de la imagen en cualquier circunstancia. Perdóneseme, no tenía otra mejor.

 

SANTA MARTA

 

Mi viaje a Tarascón pretendía venerar la memoria de Santa Marta, la hospedera del Señor, título este que le atribuye la liturgia. La que fue hermana de Lázaro y María, en la Betania cercana a Jerusalén. Vuelvo a repetir, como tantas veces he dicho, que en occidente a la aludida, se la confunde o identifica con la pecadora perdonada en casa del fariseo al pie del Tabor y con María la Magdalena, a la que el Señor salvó de siete demonios, la que le siguió y colaboró en sus quehaceres, a la que Jesús encargó, pues fue la primera en encontrárselo, que anunciara a sus apóstoles que había resucitado. A esta población se le atribuye la suerte de haber recibido, acogido y sepultado a Marta ilustre y santa mujer, pues.

 

LA FE DE PROVENZA

 

Tarascón era la localidad que me faltaba conocer del conjunto de lugares donde se sitúa la preciosa tradición-leyenda que impregna en la Fe de los habitantes de la Provenza. El cogollo de su religiosidad popular. Tenía muy presente en la memoria Vezelay, Arlés, Saintes Maries de la Mer y Saint Maximin. Desde una tal situación anímica, debo confesar sinceramente, que las primeras impresiones que me causó el lugar fueron decepcionantes. Por lo hasta aquí dicho, el lector creerá que mi visita era puro turismo religioso-cultural, pues le diré que sin dejar de serlo, no era esta mi única y más importante actitud espiritual. Aunque en otras ocasiones ya me he referido a ella, no voy a creer que el lector de hoy es el mismo lector de antaño, de aquí que evocaré resumida la tradición provenzal que he aludido.

 

LA “HISTORIA”

 

Se dice que por allá a los años 48 de nuestra era, envueltos los cristianos en la persecución judía que martirizó a Esteban y a Santiago, las autoridades del lugar no se atrevieron a matar a Lázaro, un alguien resucitado, tampoco estaban dispuestos a indultarlo. Decidieron que él y los suyos; María, Marta, la de Salomé y la de Cleofás, con su criada egipcia de piel oscura y Maximín uno de los discípulos del Señor, subirlos a bordo de una barcaza carente de velas, remos y timón y abandonarlos a la buena de Dios, en aguas del Mediterráneo. El viento los llevó al oeste y fueron a parar a uno de los brazos que forma el delta del Ródano. En el lugar que hoy concreta la tradición se levanta una encantadora iglesia-fortaleza.

 

LÁZARO

 

La de Salomé y la de Cleofás, que aquí, y no en el texto evangélico, las distinguen explícitamente, junto con la sirvienta Sara Kali, que se convertirá en la patrona del mundo gitano se quedaron allí mismo. María con Maximin marcharon a la sierra próxima, ella subió a una gruta y quiso permanecer solitaria orando durante 30 años, en recuerdo de los que Jesús permaneció en Nazaret discretamente. Sintiéndose a punto de morir bajó al llano y falleció asistida por Maximin, que ya era obispo (¿?). A tal lugar se le dio el nombre del primer prelado y goza de extenderse alrededor de su catedral en fue enterrada María. En uno y otro lugar, en la población, al pie de la cordillera y en la Santa Gruta, se vive un ambiente acogedor. Con facilidad, para mostrar su gozo, quien te saluda, te recuerda que allí todos, que sin duda somos pecadores, como fue ella, nos encontramos hermanados. Enterrada, pues, allí fueron posteriormente trasladados sus restos a Vezelay (Borgoña). Lázaro predico en Arlés y sus reliquias reposan en la colegiata de Avallon, población también borgoñesa.

 

MARTA Y EL TARASCO

 

 Volvamos a Marta que hoy es nuestra protagonista. Fue primero a predicar a Avignon y poco después a Tarascon, población situada a unos 24 kilómetros. Y aquí me detengo, considerando que ya he escrito demasiado respecto a los orígenes de todo este barullo de aventuras religiosas. Marta, según se cuenta, encontró que la población de este lugar sufría la tragedia de que, de cuando en cuando, se acercaba un monstruo, una tarasca, que se zampaba al primer lugareño que encontraba para, satisfecha su hambre, desaparecer por entre los rincones del castillo. Algunos dicen que en realidad era un enorme cocodrilo que por aquel entonces existían muchos en las aguas del Ródano. Cuando volvía a tener hambre tornaba a Tarascón y ningún cazador era diestro y fuerte para darle muerte y que se acabara de una vez la desgracia del territorio. Nadie conseguía darle alcance y suprimirlo, por más que lo intentase.

 

Decidida y llena de fervor Marta fue a buscar al monstruo, llevaba en sus manos una cruz y le increpó severamente en nombre del Señor. La bestia se tornó manso animal. De inmediato la ató y la condujo a la población, allí dieron buena cuenta de ella los hombres. Tarascón gozo de paz y tranquilidad y sus habitantes agradecidos a quien los había salvado abrazaron su misma Fe.

 

Este último, el contenido del anterior párrafo es el que yo buscaba cuando me dirigía hacia Tarascon. Poco más de 400km separaban la población de mi domicilio. Para olvidarnos de los trajines e intereses actuales paramos un rato en Nimes. A nadie molesta ver la Maison Carrée y Las Arenas, anfiteatro romano convertido en plaza de toros. Llegar a nuestra meta, la poca distancia que nos faltaba no fue tan fácil de recorrer. Obras que impiden el paso, pero que no marcan la desviación que uno ha de seguir. Finalmente preguntas por donde se va a Tarascón y te contestan que ya estás en ella, buscas la colegiata y resulta que ahora es parroquia y todos la conocen como Santa Marta a secas.

 

AMBIENTE CRISTIANO PIADOSO

 

Encontramos la iglesia y estaba abierta y no había que pagar para poder entrar, perversa costumbre la que existe en España y la que de ningún modo quiero aceptar. Entramos de inmediato y confieso que la primera sensación fue decepcionante. Carece de la elegancia solemne de Vézelay o la de la catedral de Arlés. Al poco cambié de idea. Se respiraba en el recinto un ambiente cristiano piadoso. Sin duda el párroco es consciente de que a aquel recinto van muchos otros que no son sus parroquianos habituales. Se mueve uno con total libertad, pero envuelto en el respeto que se merece el templo. En llegando a cierto ámbito, un letrero advierte que allí está el Santísimo Sacramento, que es lugar de silencio y oración. Por supuesto, soy fiel a la insinuación y me recojo con más intensidad en mis adentros, para agradecerle haber llegado a donde me encuentro.

 

Si no soy persona demasiado interesada por las reliquias, tampoco de las posibles y auténticas que puedan ser las de Marta que allí dicen reposan. En este rincón es diferente. Adoro sin duda al Jesús eucarístico, después le recuerdo que he venido porque estaba interesado por la que fue una de sus amigas. Recuerdo y le recuerdo el pasaje de Juan

 

“Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios, y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su hermano. Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa. Dijo Marta a Jesús: « Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá. » Le dice Jesús: « Tu hermano resucitará. » Le respondió Marta: « Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día. » Jesús le respondió: « Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»

 

Le dice ella: « Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo»

 

Dicho esto, fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: « El Maestro está ahí y te llama. » Ella, en cuanto lo oyó, se levantó rápidamente, y se fue donde él. (Jn 11, 17ss)

 

Si María la de Mágdala fue apóstol de los apóstoles, y nos lo ha venido recordando últimamente el Papa Francisco, Marta había sido anteriormente apóstol de la apóstol de los apóstoles. ¡anda ya!