Nubes de fotógrafos
P. Fernando Pascual
2-11-2018
Algunas manifestaciones pueden
degenerar en violencia. En muchos lugares ello está entretejido por tres
factores: los manifestantes, la policía, y una nube de fotógrafos y de otros
reporteros ansiosos por conseguir buenas tomas.
Las nubes de fotógrafos crean
una situación particular. No solo alteran el "normal" desarrollo de
los hechos, sino que provocan una extraña tensión añadida por las reacciones
que tales fotógrafos suscitan en los policías y en los manifestantes.
Ciertamente, el deseo de
conocer lo que ocurre explica la existencia de profesionales y de voluntarios o
particulares deseosos de conseguir tomas y grabaciones que luego circulan
viralmente por el mundo.
Pero un poco de espíritu
crítico lleva a descubrir que algunos fotógrafos son parciales, pues buscan
solo algunas imágenes y excluyen otras. Por ello no permiten conocer realmente
qué ocurrió en tal choque entre personas.
Más allá de esos límites, los
fotógrafos honestos y serios registran y transmiten un buen panorama de los
acontecimientos más relevantes, sin manipulaciones ni recortes a favor de unos
y en contra de otros.
Incluso ante esos fotógrafos
buenos, hay que recordar que los hechos humanos son mucho más complejos y
dinámicos de lo que puede ser "fijado" con una cámara, por más perfecta
y precisa que sea.
Al margen de las imágenes y de
las grabaciones con las que unos intentan recoger hechos humanos de mayor o
menos importancia, los protagonistas de cada evento hacen y dicen mucho que
nunca quedará reflejado en una foto o en un vídeo.
Reconocerlo ayudará a superar
simplificaciones que distorsionan la realidad y a mantener la mente abierta a
un sano espíritu crítico a la hora de analizar cada acontecimiento no solo con
imágenes impactantes, sino con un estudio más equilibrado y serio de lo
ocurrido.