Pretenden legalizar el aborto en México
Martha
Morales
Una filósofa
norteamericana explica: Los verdaderos derechos humanos son los que promueven
la vida y la libre voluntad. Ser humano y ser bueno son la fuente y la cumbre
de los derechos humanos universales. El ser y el bien son el Alfa y el Omega de
los derechos humanos. El ser y el bien son la esencia de la vida (Su tesis de
más de 300 páginas se encuentra en internet: Janet Holl
Madigan, Universidad de Maryland, College
Park).
Las
legislaciones nacionales e internacionales responden a un mismo patrón y
pretenden imponerse. Hay que convertir las leyes antifamilia
en leyes muertas. Con las leyes de “salud sexual y reproductiva” se quiere
enmascarar el aborto.
México está llamado a ser líder a nivel
mundial si es fiel a su pasado y a la gran fe que ha demostrado en los últimos
cuatrocientos años, pero lo que puede empañar ese destino es que no se respete
al niño no nacido. Una de las causas que causó la ruina de Roma fue el aborto,
y es la causa que está arruinando a Estados Unidos.
Urge quitar la ley que permite el aborto
porque debilita a las mujeres del país y a la nación entera. No podemos negar
el valor de la vida de los nuevos ciudadanos. Queremos luchar contra la
violencia intrafamiliar y con el aborto la están fomentando a lo grande. El
crimen organizado y el aborto están ensangrentando a la humanidad.
Promover el asesinato de seres humanos inocentes es propio de mentes perversas.
El aborto no es un “derecho reproductivo”, es un asesinato abominable. Cuando
la nación protege a los niños, Dios bendice a la nación.
El aborto es un hecho perverso, no una
opción o elección entre otras. El aborto ha dejado más muertos que cualquier
guerra o cualquier ataque terrorista. Comparado con otros procedimientos
médicos es uno de los más inseguros. 28 de 36 estudios sobre casos de cáncer de
mama delatan que ese cáncer, en muchos casos, es debido a abortos inducidos. El
aborto es un pecado que perpetúa el mal. La mentalidad abortista destruye a la
mujer y a la familia. Los niños necesitan familias que los nutran, protejan su
inocencia y les den cariño y seguridad. Mientras la fe permanezca muerta en las
almas, jamás podremos quitar de raíz la inmoralidad sexual y esto contamina la
tierra, queda una tierra adecuada para que crezca y florezca el movimiento
abortista.
El
imperialismo abortivo, como explica el Informe Kissinger, implantado desde
1993, consiste en tomar el aborto como medio para eliminar a los pobres. El
aborto es un ejercicio de dominación y no un ejercicio de liberación. Al sujeto
abortado ni se le reconoce la condición de sujeto, como ocurría antes con la
esclavitud.
Las mujeres
que toman decisiones sobre la legislación abortista son las que previamente lo
han elegido como condición para llegar a los puestos decisorios.
El abortismo y la destrucción del medio ambiente tienen
efectos diferidos, y están conceptualmente relacionados. Las futuras
generaciones serían victimas del deterioro del medio ambiente y del aborto. El
aborto es el abuso infantil más tremendo que existe.
El sociólogo
José Pérez Adán afirma: Descartada la seudo izquierda
por incongruente y por dañina, podemos afirmar que el comunitarismo
de izquierdas –es decir, la izquierda clásica- nos ha hecho ver que la pura
libertad sin seguridad nos lleva a la guerra de todos contra todos, en
perjuicio de los más débiles. Lamentablemente la pseudo
izquierda de hoy ha perdido su identidad. Abrazando el abortismo
ha traicionado su compromiso con los más desfavorecidos y ha renunciado a
desenmascarar el modo en el que las libertades de unos atentan contra la
dignidad y los derechos básicos de más débiles.
La pseudo izquierda, amiga de dictadores y poderosos, apuntala
a unas estructuras del poder que consagran del dominio verticalista de los de
siempre para perjuicio también de los de siempre, los ignorados, los sin voz,
en definitiva, los seres humanos más pequeños.
Se quieren
resolver los problemas sociales con la promulgación de leyes. Esto da lugar a
numerosos conflictos. Queremos una sociedad libre, virtuosa y próspera.
Gilbert K. Chesteron afirmaba: “El lugar donde nacen los niños y
mueren los hombres, donde la libertad
y el amor florecen, no es una oficina, ni un comercio, ni
una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia. Los que hablan contra la
familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen”.
Cuando veas a
un alma que anuncia el aborto como un acto bueno, sabrás que en ella reina el
demonio y que está en peligro de muerte eterna. ¡Ay de nosotros si consentimos
con este miserable y mortal pecado! No osemos tomar el lugar de Dios y no
permitamos que ninguna persona lo haga. No seamos cómplices de este crimen
maldito por culpa de nuestro silencio o nuestra tibieza (Padre
Pío).
Vayamos a la
naturaleza: Los animales no matan a los suyos.