Sé positivo y
optimista
Marta Morales
Escribe el Papa Francisco:
No temas al tiempo…, nadie es eterno.
No temas las heridas…, te hacen más fuerte.
No temas al llanto…, te limpia el alma.
No le temas a los retos…, te hacen más ágil.
No temas equivocarte…, te hace más sabio.
No temas la soledad…, Dios siempre está contigo.
Martín de Riquer escribió: “Quien no ríe
leyendo el Quijote es o porque no entiende la novela o porque
tiene la desgracia de no poseer la facultad de reír, que es la que distingue al
hombre de los animales. Cervantes, cuando escribe la Segunda parte de la
novela, tiene ya sesenta y ocho años, está en la miseria, ha padecido desdichas
de toda suerte en la guerra y en el cautiverio, el honor de su hogar no ha sido
siempre limpio ni ejemplar, ha recibido humillaciones y burlas en el cruel
ambiente literario; y a pesar de todo ello, por encima de sus angustias, de sus
estrecheces y de sus penas, el buen humor y el agudo donaire inundan las
páginas del Quijote”.
No hay que buscar problemas, sino soluciones. Si el marido es el
problema, tú eres la solución. Además, la persona positiva hace felices a los
demás; la pesimista, las hace infelices. ¿Qué hacer? Oración. En la oración el Señor
nos transformará de pesimista en optimista.
El Cura de Ars decía: “Los buenos cristianos
que trabajan en salvar su alma están siempre felices y contentos; gozan por
adelantado de la felicidad del cielo; serán felices toda la eternidad. Mientras
que los malos cristianos siempre se quejan, murmuran, están tristes..., y lo
estarán toda la eternidad. Un buen cristiano, un avaro del cielo, hace poco
caso de los bienes de la tierra; sólo piensa en embellecer su alma, en obtener
lo que debe durar siempre”.
Que importante es que caminemos in novitate
sensu, con la novedad de encontrar que todo es gracia, que cada día supone
un regalo inmenso de Dios a cada uno. Es conveniente que nos demos cuenta del
mal que hay en el mundo, pero sin dejarnos abatir por los trazos sombríos.
Analizamos las realidades terrenas con el optimismo de los hijos de Dios, que
no se amilana ante ellas.
Vivir de espaldas a Dios es una falsa ilusión de libertad, es la peor de
las desgracias. Juan Pablo II ha señalado en esta cerrazón a la misericordia
divina una característica de nuestra época. Es bien patente a todos la imagen
del hombre encerrado en el pecado, haciendo imposible por su parte la
conversión y, por consiguiente, también la remisión de sus pecados, que
considera no esencial o sin importancia para su vida. Esta es una condición de
ruina espiritual (...). La acción del Espíritu Santo, que tiende a
convencernos de pecado, encuentra que la conciencia está impermeabilizada,
hay dureza de corazón, porque se ha perdido el sentido del pecado.
No nos ha de dar miedo esta situación. Tiene remedio. El ser humano
tiene una capacidad grande de recapacitar y regenerarse.
El buen humor es la verdad llena de simpatía. Hay que
acostumbrarnos a ver a Dios detrás de todo. A veces le echamos la culpa a una
persona, a un jefe o a una institución, ¡y es Dios quien está detrás!
corrigiéndonos. El profesor Biffi decía: “La ascética
es el itinerario para la construcción del hombre”.
“El milagro más grande no es que hagamos ese trabajo, dijo Madre Teresa
de Calcuta, sino que nos sintamos felices de hacerlo”. Benedicto XVI dice que
el cáncer más virulento es la apatía del corazón, corazón que no busca la
rectitud.
Para concluir citamos la Oración del buen humor de
Santo Tomas:
Señor, dame una buena digestión, pero también algo para digerir. Dame la
salud del cuerpo y el buen humor, necesario para mantenerla Dame, Señor, un
alma sencilla que sepa sacar provecho de todo lo que es bueno y no se asuste
cuando vea el mal, sino mas bien que se encuentre el
modo de poner las cosas en su puesto. Dame un alma que no conozca el
aburrimiento ni los refunfuños, suspiros o lamentos, y no permitas que me
atormente demasiado por esa cosa demasiado incómoda llamada
"yo". Dame,
Señor, el sentido del buen humor. Amen.