Tercer
Mandamiento
¿Santificamos
el domingo?
Pbro. José
Martínez Colín
1)
Para saber
¿Por qué el domingo es el día del descanso? Su origen se remonta a los principios
de la humanidad. La Biblia nos dice que después de la creación, el Señor
bendijo el séptimo día y lo hizo sagrado. Contempló Dios cuanto había hecho y
se alegró, pues todo era bueno. Por ello es el día de la contemplación y la
bendición. A ello nos conduce el tercer Mandamiento.
Dice el Papa Francisco que el domingo es el momento para alabar a Dios
por su creación y decirle: ¡qué bella es la vida! La vida, aunque a veces es
dolorosa y no fácil, es preciosa.
El domingo es un día en que nos detenemos para agradecerle a Dios su
creación. Por ello, para los cristianos, el centro del día del Señor, el
domingo, es la Eucaristía, que significa “acción de gracias”. Ese día, en unión
con Jesucristo durante la Misa, aclamamos: “¡Gracias Señor por la vida, por tu
misericordia, por todos tus dones!”
2)
Para pensar
A finales del siglo III, el emperador Galerio había prohibido toda
manifestación de culto. Entonces los cristianos se reunían a escondidas en sus
casas para celebrar la Santa Misa. En ese entonces, al norte de África, la
policía imperial sorprendió a treinta y cuatro mujeres y diecinueve hombres en una
casa celebrando el Sacrificio Eucarístico. El juez remitió a los presos al
mismo emperador Galerio para que los juzgase, pues se encontraba en Cartago.
Se han conservado las actas que registran los interrogatorios a que
fueron sometidos. Un preso le preguntó al emperador: “¿Por qué nos azotas? No
somos ni ladrones, ni asesinos; cumplimos la ley de Dios”. El orgulloso Galerio
objetó: “No hay ley más que la mía”. Pero le replicó el cristiano: “Sobre
vuestras leyes, señor, están las Leyes del único Dios verdadero, Creador del
Cielo y de la tierra”. El emperador estalló en cólera y lo mandó torturar y que
lo encerraran en la cárcel dejándolo morir de hambre. También mandó torturar al
sacerdote. En eso se acercó un joven y dijo: “Yo también soy discípulo de Cristo;
me llamo Emerico y mía era la casa donde se celebró la Santa Misa”. El
emperador le preguntó: “¿Y por qué lo permitiste?” Emerico contestó: “Porque
nosotros creemos que por encima de la autoridad del César, está la autoridad de
Dios. Y es que, nosotros los cristianos, no podemos vivir sin la Santa Misa”.
Pocos años después, la sangre de los mártires tuvo su fruto al
convertirse el imperio al cristianismo. Pensemos la prioridad que ocupa la
Santa Misa en nuestro domingo.
3)
Para vivir
El Papa Francisco nos previene para no dejarnos llevar por un falso
descanso que la sociedad actual nos ofrece llena de entretenimientos
impidiéndonos contemplar a Dios. Si en nuestro domingo no hay lugar para Dios, caemos
en un escape de la realidad que no es verdadero descanso, aunque haya mucha
diversión. El mundo ideal no es un gran parque de atracciones. Comenta el Papa
que el hombre nunca ha descansado tanto como hoy y… ¡sin embargo, el hombre
nunca ha experimentado tanto vacío como hoy!
¿Cuándo se vive una vida hermosa? La vida se vuelve hermosa, dice el
Papa, cuando el corazón se abre a la Providencia y se descubre que es verdad lo
que dice el salmo “Solo en Dios está el descanso de mi alma” (62: 2).