100 años de la muerte de Cecil
Chesterton
P. Fernando Pascual
15-9-2018
La Primera Guerra Mundial
provocó una enorme cantidad de muertes, entre ellas las de algunos pensadores y
escritores de una Europa que se destruía en interminables batallas de
trincheras.
Una de esas muertes fue la del
periodista Cecil Chesterton (1879-1918), hermano del famoso escritor Gilbert K.
Chesterton.
Cecil Chesterton, en sus
primeros años de juventud, había sido socialista. Incluso participó en un
debate al lado de Bernard Shaw y en contra de Hilaire
Belloc y de su propio hermano Gilbert Chesterton.
Poco tiempo después, Cecil se
fue acercando a las ideas de Belloc. En 1911 colaboró
en la fundación de un periódico llamado "The Eye
Witness", junto con Belloc.
Al año siguiente, Cecil
empezaría a dirigir esa publicación, que cambió de nombre, "The New Witness", y que se hizo famosa por una serie de
acusaciones que fueron conocidas como el Escándalo Marconi.
Esos años permitieron a Cecil
ingresar primero en la Iglesia anglicana y luego en la Iglesia católica (ya en
1912). En 1916 contrajo matrimonio con Ada Elizabeth Jones, que más tarde
escribiría un libro sobre la familia Chesterton.
En 1914 había iniciado la que
entonces fue conocida como la "Gran Guerra" y luego como Primera
Guerra Mundial. Entre los miles de jóvenes y personas no tan jóvenes que fueron
a luchar en las trincheras se encontraba Cecil Chesterton, que partió al frente
poco tiempo después de su matrimonio.
Cecil participó en los
combates y fue herido tres veces. Quiso permanecer en Francia mientras duraba
la contienda, pero sus dolencias aumentaron, por lo que avisaron a su esposa
Ada. Ella acudió en seguida para acompañarle en Wimereux,
en el norte de Francia, donde había sido instalado un hospital de guerra.
El testimonio de su mujer
refleja un poco aquellos momentos de despedida y de dolor, en medio del absurdo
de aquella guerra que sembró de lágrimas millones de hogares, sobre todo en
Europa.
"Me hallaba en medio del
patio cuando la voz de Cecil llegó hasta mí tan clara y potente como el día de
su boda. '¡Chiquilla!', dijo. 'Has venido'.
Estuvo hablando y riendo, y
dijo que estaba mucho mejor. Pero no mencionó el futuro y preguntó con algo de
melancolía por Fleet Street y por el Cottage, por su madre y por nuestros amigos.
Al cabo de un rato se sintió
cansado y cerró los ojos. Poco a poco se fueron apagando las luces, hasta que
solo quedó el tenue brillo de una lamparilla...
'Se ha dormido', dijo la
enfermera, quien me pidió que me fuera a otro cuarto.
Antes de que amaneciera estaba
yo de regreso. Se había producido un cambio... a peor. Y cuando los primeros
débiles rayos del sol atravesaron las ventanas, supe que aquello era el fin.
'Esto es un adiós, chiquilla',
dijo con una sonrisa mientras me apretaba la mano.
Cecil alzó la vista y sonrió.
Él y yo estábamos rodeados de vida: una vida que iba desapareciendo poco a poco
de aquel rostro que aún conservaba todo su valor, hasta agotarse tras un último
y débil suspiro.
Súbitamente se desplomó sobre
mí la certeza de que todas nuestras esperanzas y sueños, nuestros prometedores
planes, nuestras ambiciones ya no existían. El futuro -nuestro futuro- había
llegado a su fin. Nunca volvería a oír su voz. Nunca me volvería a tocar ni
volvería a ver el brillo de sus ojos cuando le sorprendía mirándome"
(texto recogido por J. Pearce en su libro "Escritores
conversos").
Hasta aquí las líneas de quien
fue su esposa durante dos años. Cecil Chesterton murió y fue enterrado el 6 de
diciembre de 1918, pocos días después de que se firmara el cese de los combates
(el 11 de noviembre) por parte de los alemanes.
Su hermano Gilbert K.
Chesterton recibió la noticia con enorme pena, y no tuvo la ocasión de
trasladarse a Francia para el entierro, por lo difícil de la situación para los
transportes en aquellos momentos convulsos.
Pasado el tiempo, Godfrey Isaacs, que había acusado
en los tribunales a Cecil por las publicaciones en "The New Witness" sobre el caso Marconi, se hizo católico, y
falleció en 1925.
Unas líneas de Gilbert
Chesterton dan la clave que permiten entender la historia en una perspectiva
más completa. Al comentar las conversiones a la Iglesia católica y las muertes
de su hermano Cecil y de su enemigo Godfrey, escribió
lo siguiente, con la mirada en lo que ocurre tras la muerte: "Es la
reconciliación por excelencia, capaz de unir a cualquiera. Requiescat
in pace".
Cecil Chesterton fue una de
tantas víctimas de un conflicto que provocó la muerte de millones de seres
humanos, no solo en Europa, entre 1914 y 1918. Recordar su salida de este mundo
sirve para homenajear a tantos otros que fallecieron en aquella guerra, y a los
familiares (padres, hermanos, esposas e hijos) que lloraron su muerte y que, en
muchos casos, esperaron reencontrarlos en la casa de Dios Padre...