ESPÍRITU SANTO

 

Me dijiste un día: “Mucho no sé sobre el Espíritu Santo”

Podría intentar decirte algo bien fundamentado pero, lo sé, eso no es lo que esperas te diga.

Quieres algo bien sencillo y que pueda servirte para la vida y no sé si sabré hacerlo.

Jesús les dice a los discípulos que él volverá al Padre pero este no los dejará solos sino que les enviará su Espíritu.

Te debería decir que para poder descubrir algo del Espíritu de Dios debes buscar en tu interior y allí lo vas a encontrar sin lugar a dudas.

Aunque no lo sepas Él ha estado actuando en vos como siempre lo hace Dios.

Dios actúa sin que se lo pidamos y sin que nos demos cuenta.

El Espíritu es lo que nos hace poder saber que no estamos solos.

Siempre está actuando en nosotros para ayudarnos a vivir sin limitarnos a sobrevivir.

Él es quien nos permite descubrir a Dios actuando a desde nosotros.

Él es quien nos ayuda a ver, en los demás, esos seres que nos ayudan a sabernos amados por Dios.

Está, desde dentro nuestro, haciendo que nos valoremos como personas porque razón del amor de Dios.

Tomar conciencia de lo importante que eres no es un acto de vanidad o de orgullo sino un asumir que Dios te ha regalado muchas cualidades para que las pongas al servicio de los demás y ello no es otra cosa que acción del Espíritu.

Cada vez que regalas una sonrisa y haces que alguien se sienta bien estás obsequiando algo muy tuyo y ello es tarea del Espíritu.

Cuando intentas ayudar a despejar una curiosidad con un gesto sencillo e inesperado estás haciendo un servicio generoso que no es otra cosa que una iniciativa del Espíritu.

Cuando reconoces tus límites y te aceptas como eres estás permitiendo que el Espíritu actúe en vos.

Cuando los miedos te asaltan y te animas a tomar decisiones plenas de coraje por el bien de los demás no estás haciendo otra cosa que dejar actuar al Espíritu de Dios.

Cuando haces de tu vida un canto a la gratitud por todo lo que recibes de parte de Dios no haces otra cosa que permitir al Espíritu desarrollarse en tu interior.

Cuando regalas un abrazo que hace tanto bien y reconforta tanto no haces otra cosa que permitir que el Espíritu se exprese desde vos.

Las cosas del Espíritu no son ajenas a la vida de cada uno.

Es quien te permite hablar con Dios con la certeza de que está con vos te ama y te entiende.

Es quien te permite ver al otro como una persona y no como un objeto más en tu vida.

A fuerza de trabajo, compromiso y dedicación has ido ascendiendo en responsabilidades dentro de tu trabajo y ello no es otra cosa que asumir las cualidades dadas por Dios y hacerlas actividad y tal cosa es acción del Espíritu.

Es quien te ayuda a valorar lo esencial y no malgastar esfuerzos en cosas superfluas.

Quizás alguien me podrá decir que sería mejor te acercase algún libro que te instruya sobre el Espíritu Santo y quizás ello sería muy formativo.

Permíteme de invite a mirar tu interior y buscar entre tu ternura, tu delicadeza, tu calidez y tu manera de ser al Espíritu Santo que siempre está actuando en vos.

Quizás me dirás que soy un exagerado con respecto a vos y mil veces te diré que no lo soy.

Mírate como acción de Dios y verás que Él te regaló mucho más de lo que uno puede percibir. Sin duda te regaló muchísimo y por lo tanto eres un ser único.

Deja actuar el Espíritu Santo y descubrirás, con una sonrisa y un rubor a flor de piel que aún tienes muchos gracias para decirle a Dios que ha querido valerse de vos.

 

Padre Martin Ponce de Leon SDB