Homenaje a Cleo Quiros
El nombre se lo puso, mi esposa, Araceli, y fue por
Cleopatra. Los ojos de Cleo estaban delineados en
color morado, eran muy lindos, de mirada profunda y al mismo tiempo de dulce
expresión que invitaban a quererla. Era
color canela y lucia una
bolita de terciopelo.
¡Cleo era preciosa!
Los que la tiraron en aquel matorral, junto a su
hermanito, no sabían lo que estaban perdiendo.
Cleo
llego a casa el día 2 de Enero de 2008. Los primeros veterinarios que la
examinaron calcularon que había nacido entre el 20 y el 25 de Noviembre. Era
muy pequeñita y muy indefensa, no quería separarse de nosotros. Quizás la
experiencia que tuvo de verse abandonada y agredida por otros animales, causo
en ella ese sentimiento. Estaba mordida por algún roedor en una de sus paticas
traseras y en una oreja. Llevo esas cicatrices durante su vida.
Por sus
insuperables cualidades, en muy pocos días, se convirtió en un miembro más de
la familia. Ella estaba reservada para tener un hogar feliz junto a dos viejos
que la quisieron mucho y fue reciproca en ese cariño, lo devolvió en grande.
Era tan pequeñita que la hierba del patio era más alta
que ella. Cleo apenas sabía comer; teníamos que darle
la comida con la mano y con esos mimos, se sentía muy feliz.
Tenía buen apetito, pero para comer teníamos que
sentarnos al lado de ella, mi esposa o yo, y le gustaba mucho comer pedacitos
de tostadas de pan cubano, también disfrutaba acostándose en la hierba a tomar
un baño de sol. Le gustaba salir a pasear en el coche con nosotros y nunca dio
problemas para bañarse.
Siempre fue extremadamente buena, cariñosa e inteligente,
fue muy fiel y jamás hizo ninguna de sus necesidades dentro de la casa. En
ningún momento trato de agredir a nadie.
Con sus gestos y su mirada sabia expresar lo que quería y
lo que sentía. Era como si hablase.
Cuando mi esposa y yo salíamos, se quedaba llorando, pero
cuando regresábamos, nos esperaba detrás la puerta, demostraba su alegría
moviendo la cola y dando saltos para besarnos las manos. Los perros son muy
sinceros, desinteresados y muy fieles con sus amos, ellos demuestran lo que
sienten.
Era amistosa con nuestros amigos y muy cariñosa con la
familia. Recibía muchos regalos y tarjetas de nuestros amigos en las Navidades.
Cleo
enfermó de un día para otro, eso fue muy raro, no quisiera pensar que alguien
le haya hecho daño, todo el que la conoció, la quería. Tratamos por todos los
medios a nuestro alcance de salvarle la vida Estuvimos luchando por su salud
por espacio de dos meses, fue tratada por varios veterinarios, hasta que ya no
pudo más. Murió el 26 de enero de 2018, muy joven, siempre estuvo muy bien
cuidada. Había pasado escuela de entrenamiento con tres meses de nacida y fue
la más sobresaliente del grupo. Entendía muchas palabras y muchas órdenes.
La extrañamos muchísimo, siempre estaba a nuestro lado.
Estoy seguro que si hubiera un Paraíso para el reino animal, ella se lo gano.
Cleo, no
te olvidaremos jamás.
Familia Quiros.