Sobre la verdad y los famosos

P. Fernando Pascual

14-4-2018

 

Una afirmación no es verdadera porque la diga alguien inteligente, o famoso, o importante, o con cargos de gobierno.

 

Deseamos, por lo mismo, que quienes son inteligentes y reconocidos hablen desde la mirada puesta en la verdad, y no desde sofismas o engaños.

 

Entre los muchos errores que circulan por ahí uno lleva a pensar que lo dicho por un famoso se convierte automáticamente en algo verdadero.

 

Un corolario de ese error lleva a decir que quien se opone a tal personaje está en el error.

 

Sin embargo, ni el prestigio de los famosos, ni un puesto de gobierno, ni los títulos universitarios, garantizan a quienes hablan que digan la verdad.

 

Lo sensato, lo prudente, lo propio de quien desea la verdad, es escuchar lo que cada uno dice, y luego analizarlo con ponderación y sin prejuicios negativos o positivos.

 

En un mundo donde tantas mentiras se repiten cientos de veces, donde se atribuye a famosos lo que nunca dijeron, o lo que dijeron cuando estaban lejos de la verdad, hay que sopesar bien cada cosa.

 

Demasiados errores giran entre nosotros sin que haya quienes se atrevan a decir que el rey está desnudo, ni quienes recuerden que existen principios básicos de la vida social sin los cuales el mundo va hacia la catástrofe.

 

En medio de las prisas de informaciones que se superponen y fluyen con velocidades astronómicas, vale la pena un momento de pausa para separar el grano de la paja, el humo del fuego.

 

Entonces dejaremos a un lado frases hechas, afirmaciones genéricas y vacías, o confusas y engañosas, y buscaremos razonamientos equilibrados y prudentes que estimulen la reflexión para acercarnos, un poca más, a la verdad...