La ciencia defiende la vida
Marta Morales
Con el aborto no se previene ningún daño, solamente
“incrementa el número de muertes maternas ocasionadas por las complicaciones
propias del legrado”, dice el Dr. Balcázar, y la complicación número uno, dice
este ginecólogo, “es la hemorragia, y segundo, la posible perforación uterina
(…). La tercera complicación son los riesgos anestésicos”. A esto se arriesga a
las mujeres en México con la NOM-046.
En este mundo hay una batalla entre la vida y la
muerte. Hay quienes cambian la ciencia por su ideología. Los pro
abortistas niegan lo que la ciencia afirma: Que la vida empieza con
la fertilización. Ignoran la medicina básica porque sustentan una
ideología.
El aborto es el ‘sin sentido’ de toda cosa. Es la
muerte que vence contra la vida. Es el miedo que vence sobre el corazón porque
el contrario quiere combatir y vivir, no morir. El aborto e elegir quién tiene
derecho de vivir y quién no. Es una ideología que vence sobre una humanidad a
la cual se le quiere quitar la esperanza. Admiro a las mujeres que entre miles
de dificultades tienen la valentía de seguir adelante.
“El bebé es de mi propiedad”, decía una mujer.
Entonces, ¿es una especie de esclavo?... O es un ser humano con derechos. Las
discusiones sobre el aborto nos ponen ante el tema del valor del ser humano. Si
hay vidas que no tienen valor (como las de los embriones), ¿por qué las demás
vidas sí la tendrían? Decir que el feto no es personas es una afirmación poco
científica. Hay países que incluyen en sus leyes el derecho de los no nacidos a
heredar.
Las falsas e ignorantes amigas que aconsejan la
“pastilla del día siguiente” a su amiga, la condenan a ser estéril para el
resto de su vida, y se lo toman a la ligera como si la invitaran a tomar un
helado.
Para hacer una ley respecto al aborto hay que mirar
al menos dos perspectivas: La de la madre y la del niño, sino, es imposible que
solucionemos el problema.
Una filósofa norteamericana explica: Los
verdaderos derechos humanos son para promover la vida y la libre voluntad. Ser
humano y ser bueno son la fuente y la cumbre de los derechos humanos
universales. El ser y el bien son el Alfa y el Omega de los derechos humanos.
El ser y el bien son la esencia de la vida (Janet Holl
Madigan, Universidad de Maryland, College
Park).
Algunos legisladores se atienen a las leyes. Son
positivistas. No cuestionan si la ley está en armonía con el derecho natural o
sin va a beneficiar o a dañar a la persona, basta con que sea una ley aprobada,
y la aceptan. ¿Las leyes humanas son perfectas? Si así fuera, serían
inmutables, pero no son perfectas, por eso los legisladores tienen sesiones
periódicas para cambiarlas.
Como los que defienden el aborto no tienen
argumentos racionales, se cogen de las leyes, y las leyes muchas veces
están equivocadas. Todos somos responsables de lo que sucede. El aborto sólo
puede estar presente en la sociedad sobre la base de una mentira. El aborto es
la destrucción directa de un ser humano inocente. Decretar un aborto es dar
pena de muerte sin juicio.
El hijo reclama nacer del amor conyugal, y no de
cualquier manera, ya que él “no es un derecho sino un don” (CEC 2378), fruto
del amor de sus padres (cf. n 81). Además, la familia es el santuario de la
vida, no el lugar donde la vida es destrozada.
Al aborto se le considera un servicio de salud
pública. ¿Qué tiene que ver con la salud un procedimiento al que entran dos
personas sanas y al salir, una está muerta, y la otra completamente destruida?
Muchos callan los riesgos que el aborto supone para la madre, y, una vez hecho,
ocultan los restos de su hijo muerto.
La mayoría de la gente ignora lo que es abortar. No
conoce el sufrimiento de la madre y del feto en el proceso de muerte del hijo.
Ninguna sociedad había dicho antes: “Vive tu
impulso sexual como quieras”. Al contrario, desde tiempo de los griegos se veía
la templanza como una cualidad necesaria para llevar una vida noble y plena.
Existe una constante histórica según la cual un
sistema político en crisis multiplica la producción legislativa y enmaraña las
leyes, dice Vittorio Messori. Se multiplican las
palabras y las frases elaboradas, para no afrontar los problemas de fondo. Se
quieren resolver los problemas sociales con la promulgación de leyes. Esto da
lugar a numerosos conflictos. El aborto no previene el embarazo, lo termina
violentamente. Detrás del aborto hay una guerra espiritual que mucho no
alcanzan a ver.