VIAJERO

 

Es muy interesante escucharle ya que todos sus relatos están matizados de su risa.

En oportunidades es una risa que descoloca ya que la misma carece de sentido.

Hay veces que, ante la ausencia de una respuesta, lanza su risa fuerte.

Pero mucho más llamativo que se risa es su espíritu viajero.

Siempre está comentando algún viaje que ha realizado entre semana.

Va y viene, en una tarde, a Australia.

Según su relato su hermano viene a buscarlo, lo lleva, toman unos mates mientras conoce lugares y al atardecer regresa.

Es evidente que solamente en la imaginación se puede realizar tal periplo.

No creo tenga idea del lugar y mucho menos de la distancia existente.

En una oportunidad contaba, a un grupo de personas, su reciente viaje a Chile y sobre la imagen que había traído de obsequio para la parroquia.

Cuando dichas personas preguntaron por la imagen debí decirles que la misma nunca existió como tampoco existió su viaje.

Preguntado sobre su ausencia de un día al comedor nos manifestó había estado en Trinidad con su hermana.

Preguntado sobre su viaje manifestaba lo hermoso y tranquilo del lugar y del hotel precioso donde se habían alojado.

Le pregunté si el hotel quedaba cerca de la playa (maldad de mi parte) y me respondió que la puerta del hotel quedaba sobre la arena de la playa.

Su trabajo es en la terminal y ayuda a bajar y trasladar los equipajes de quienes llegan en taxi y parten en algún ómnibus.

Allí escucha hablar a las diversas personas que ayuda por unas monedas.

En esa tarea, se ve, escucha hablar de destinos de viajes y se los aplica a su imaginación de viajero.

En diversas oportunidades me he preguntado sobre lo que pasará por su mente viajera.

¿Cómo será, en su mente, cualquier ciudad más allá de esta en la que vive?

¿Qué imaginará de otros lugares desconocidos para él?

Es evidente que, en su imaginación, recorre diversos lugares. ¿Por qué esa necesidad?

¿Será por el mero hecho de diferenciarse del resto que se limita a las calles de la ciudad?

Sin duda es un deseo insatisfecho y que muy difícilmente podrá ser realidad.

Con su escaso sentido de orientación se hace muy difícil verle en otro lugar que no sea en el que vive.

Desde hace muchísimo tiempo se desempeña en tareas que tienen que ver con las calles y, pese a ello, no sabe orientarse cuando se le saca de los recorridos que siempre realiza.

Por ello es que no puedo imaginarle en ningún lugar que no sea este en el que se encuentra.

Resulta muy grato poder disfrutar de su imaginación viajera.

No omite detalles de lugares, paisajes o realidades de esos lugares por los que, salvo en su imaginación, jamás ha estado.

No se tienen en cuenta sus desvaríos viajeros porque pesa mucho más su disponibilidad, su servicio generoso y su risa fuerte.

En oportunidades me gustaría tener algo de su espíritu viajero.

Poder tener una imaginación tal que podamos transitar por lugares diversos sin necesidad de movernos.

Es saber que el aquí y el ahora son solamente circunstancias de los humanos.

Es vivir en un mundo donde no hay tiempos ni distancias.

Claro que lo suyo es producto de su febril imaginación.

 

Padre Martín Ponce de León S.D.B.