ENTRE GANAS Y DESGASTE.

 

No sé qué es lo que me sucede, Señor.

Siento que estoy cansado pero, también, sé que me gusta esta vida.

La contradicción me hace quedar en un estado que no es de mucha tranquilidad y, muy bien no sé, qué es lo que deseo.

Desde hace años, Señor, vivo en una realidad barrial.

Con sus momentos muy disfrutables.

Con sus momentos muy dolorosos.

Por momentos me siento como desgastado.

Son muchos años de convivir con exigencias y reclamos.

Son muchos años de intentar una respuesta coherente y válida.

Es mucho tiempo de convivir con lo tensionante de los recursos muy limitados.

Siempre algún sueño debe ser postergado por una realidad que es innegable e inevitable.

Son muchas las veces que me pregunto si algunos podrán tener una idea de lo que implica vivir así.

Es demasiado desgastante el convivir con la certeza de que lo que se hace es insuficiente.

Sé que nadie podrá pretender que se pueda responder adecuadamente a todo pero no es muy grato convivir con la sensación de lo insuficiente.

Gente que pide cosas materiales y las mismas no existen en la cantidad solicitada.

Gente que pide tiempo para ser escuchada y el mismo solamente existe en la medida que uno se lo quite al suyo.

Gente que pide una palabra y la misma no solamente no existe sino que, también, uno anda buscándola.

Es lo insuficiente por más que uno trate de poner lo mejor y no dejar con las manos vacías.

Sé, Señor, que no me equivoca mucho al pensar que vos, también, viviste esa realidad desgastante ya que de otra forma no me explico tu necesidad repentina de poner distancia con la gente, según los relatos evangélicos, en más de una oportunidad.

¿Cuántos años van de: “Padre, no tiene.....”?

¿Cuántos años van de respuestas con sabor a poco?

Uno siente que tal cosa desgasta y desea poder decir basta

Uno siente que sería bueno poner distancia con tal realidad y reconfortarse.

Pero......... ¿viste?........ quizás uno sea un poco masoquista.

No puedo negar que me gusta esta vida que llevo.

Me hace sentir identificado con muchos de esos seres a los que deseo amar de todo corazón y viven con la permanente renuncia a flor de piel.

Me hace sentir viviendo mi realidad de intentar dejarlo todo para seguirte puesto que cada vez son más las cosas que no poseo por más que tenga, aún, demasiadas cosas.

Me agrada el convivir con la desafiante realidad de la inseguridad del cada mañana.

Por más que sea una realidad desgastante, mil veces la prefiero a otra realidad en la que podría estar inmerso y no necesitaría pensar en las carencias que se poseen.

No me hago a la idea de una vida fuera de un contexto similar al que con el que vivo hoy.

Tal vez no me sepa explicar muy bien pero.......... me entiendes, ¿verdad?

Me gusta esta vida pero..... ¿tengo derecho a sentirme desgastado y un poco cansado de ella?.

No, no quiero ni pretendo renunciar a ella sino todo lo contrario.

Deseo poder volver a sentir la fuerza y las ganas de unos años atrás.

Deseo poder volver a sentir que, pese a lo poco que se pueda hacer, es importante convivir y comprender la realidad que viven muchos y que, para ello, necesario se hace estar en igual situación que muchos.

Me da miedo que el desgaste me torne insensible pero, lejos de mí, sé que estando ya es una forma de ser solidario.

 

Padre Martin Ponce de Leon SDB