Fotos, noticias y realidades
P. Fernando Pascual
2-12-2017
Una persona difunde entre sus
contactos la imagen de un niño herido. Una bomba ha destruido su hogar, ha
provocado muertos. El niño tiene una mirada perdida, triste. El comentario: es
culpa del gobierno y de quienes lo apoyan.
Varios meses después, se
difunde la noticia de que un poderoso país ha causado, con sus bombardeos, la
muerte de cientos de niños. No hay imágenes, pero sí los datos. La persona que
difundió la imagen del niño herido no comenta ni reenvía nada.
¿Por qué una foto gira con
tanta rapidez y provoca reacciones de condena, mientras que otros datos
dramáticos pasan casi desapercibidos? ¿Será que vivimos en un mundo que solo
reacciona cuando toca con los ojos una desgracia pero que se ha habituado a
números de muertos anónimos?
Causa sorpresa constatar cómo
ciertos hechos son condenados firmemente mientras otros quedan sepultados en el
olvido o marginados por prejuicios que llevan a fijarse en los delitos de unos
y a olvidar los cometidos por otros.
Si damos un paso ulterior,
podremos darnos cuenta de que existen otros miles de acontecimientos sobre los
cuales no hay ni fotos ni noticias. Lo que ocurre cuando se pelean dos tribus
aisladas en algún rincón perdido del planeta no recibe ninguna atención porque
casi nadie se entera.
Algo parecido ocurre cuando
miles de familias sufren a causa de la usura de quienes aprovechan la desgracia
ajena para chupar, como sanguijuelas malignas, a personas necesitadas de dinero rápido y asfixiadas luego por las exigencias de los
prestamistas.
No resulta fácil superar los
prejuicios que llevan a mirar a un lado y a marginar el otro lado. Resulta muy
difícil tomar conciencia de hechos que ocurren continuamente en el silencio
informativo más absoluto, sea porque los medios no son capaces de reflejarlo
todo, sea, por desgracia, porque hay medios que ocultan sistemáticamente
ciertos sucesos.
Por eso, necesitamos reconocer
que nuestro mundo, para muchos transparente pero en realidad muy opaco, ocurren
miles de hechos que necesitan ser descubiertos y difundidos.
Entonces se alzarán más voces
para denunciar crímenes olvidados e injusticias escondidas, y para defender a
tantos miles de inocentes que esperan que algún reportero tome notas de sus
sufrimientos y ayude a las sociedades a intervenir a favor de las víctimas más
abandonadas.