Importancia de los matices

P. Fernando Pascual

25-11-2017

 

El pensamiento simplificado borra los matices. Supone y defiende que solo existen colores blancos o negros, personas buenas o malas, vecinos sinceros o mentirosos.

 

Los cruzados eran malos y los musulmanes buenos, dicen unos. Otros afirman lo opuesto, con una seguridad sorprendente.

 

Los de derechas son enemigos del pueblo y amigos de los ricos, dicen unos. Otros afirman que los de izquierdas siempre mienten, engañan, destruyen la riqueza de los pueblos.

 

El pensamiento simplificado triunfa, precisamente porque se presenta contundente, diáfano. Se entiende en seguida y atrae a los amigos de claridades fáciles.

 

La realidad, sin embargo, está llena de matices. Porque entre los cruzados y entre los musulmanes había un poco de todo, como también entre quienes son presentados como de izquierdas o de derechas.

 

Por eso, ante quienes hacen afirmaciones históricas simplificadas, ante quienes levantan barreras que distinguen de modo drástico entre buenos y malos en el pasado y en el presente, hay que dar importancia a los matices.

 

El mundo y las personas están llenos de aspectos importantes que no se ven con miradas ideológicas ni con prejuicios dañinos. Esos aspectos se captan cuando las mentes se abren a la realidad, cuando se estudian a fondo los hechos, cuando se escucha seriamente a las personas.

 

Ante afirmaciones y condenas claramente injustas por olvidar matices relevantes, hace falta fomentar un sano sentido común que nos permita ser más prudentes en nuestras afirmaciones y más atentos a los detalles.

 

Los matices siempre han tenido una importancia para comprender el mundo. Hoy, como siempre, han de ser rescatados de manipuladores (muchas veces víctimas de las manipulaciones de otros) y ofrecidos en toda su variedad ante quienes deseamos, en serio, conocer mejor el mundo en el que vivimos.