Pensar desde las
manipulaciones
P. Fernando Pascual
18-11-2017
Manipulaciones las ha habido
en el pasado y las hay en el presente.
Es manipulación poner una
imagen de un herido de hace varios años como si fuese de los últimos días.
Es manipulación presentar una
tensión social como fruto de legítimas aspiraciones de la gente cuando es el
producto de mentiras promovidas por grupos de poder.
Es manipulación decir que un
piquete informativo promueve el derecho a la huelga cuando en realidad impide a
los trabajadores decidir si se adhieren o no a tal huelga.
Es manipulación interrumpir la
libre elección de profesores y de sus alumnos a tener clases con la excusa de
que se trata de "informar" cuando lo que se busca es hacer
proselitismo salvaje.
Es manipulación escoger las
imágenes de la policía cuando carga contra manifestantes y esconder las
imágenes minutos antes de esos manifestantes en sus violencias gratuitas contra
la policía.
A causa de esas y de tantas
otras miles de manipulaciones, mucha gente empieza a pensar desde
manipulaciones.
Así, de una foto muchos sacan
conclusiones totalmente fuera de contexto, como si la imagen escogida por
algunos bastase para comprender bien los hechos.
Otros trasladan sus
experiencias propias (personales, regionales, nacionales) y las proyectan para
interpretar lo que pasa lejos, sin haber dedicado el tiempo mínimo para
entender la verdadera dinámica de los hechos.
Otros acusan siempre a los de
un lado como si fuesen los culpables de los hechos, sin reconocer las
responsabilidades de los del otro "bando", simplemente porque los
segundos son afines ideológicamente a quienes se convierten en jueces de sofá.
La realidad resiste a las
manipulaciones, pero las manipulaciones generan convicciones, a veces tan
graves como los odios que pueden durar durante años, mientras alguien no tenga
el valor y los medios para denunciar las mentiras y para exponer los hechos en
su integridad.
Por eso, hemos de ayudar a
otros, y ayudarnos a nosotros mismos, para no pensar desde manipulaciones, sino
desde mentes abiertas, serenas, críticas, capaces de ir más allá de los
sentimientos y las imágenes.
Solo entonces nos acercaremos
más a la realidad, en sus enormes complejidades y en sus matices relevantes, y
promoveremos juicios más equilibrados, más maduros y, sobre todo, más justos.