Aborto provocado, ¿interrupción, muerte u homicidio?
P. Fernando Pascual
29-10-2016
Entre las expresiones que se usan para hablar del aborto existe una que lo presenta como interrupción.
¿Qué significa eso? La vida es un proceso. El embrión humano, porque ha iniciado a existir, está en
proceso.
Todo proceso puede ser interrumpido. Por causas que llamamos naturales, o por la acción directa de
quienes desean interrumpirlo.
Si toda vida es un proceso, la interrupción de tal proceso es lo que conocemos como muerte. Esa
muerte puede darse en las etapas iniciales, en la niñez, en la juventud, o ya en la ancianidad.
Lo anterior lleva a concluir que muerte e interrupción del proceso de una vida son dos maneras de decir
lo mismo: un ser vivo deja de existir cuando termina, se interrumpe, su proceso vital.
Las muertes humanas ocurren por los mismos motivos que los procesos: de modo natural, o de modo
intencionado, desde las acciones de seres libres y responsables.
En la mentalidad común y en las leyes, provocar de modo voluntario la muerte de un ser humano es
conocido normalmente como homicidio.
Sin embargo, no es común asistir a un juicio por homicidio en el que se acuse al presunto culpable del
delito de interrumpir un proceso vital...
Por eso, resulta paradójico hablar del aborto provocado como “interrupción voluntaria del embarazo” y
no usar la misma terminología para hablar del homicidio de un ser humano ya nacido (“interrupción
voluntaria del proceso vital de un ser humano”).
Las palabras tienen importancia. Tanta, que los amigos de las manipulaciones buscan evitar ciertas
palabras y promueven otras para ocultar realidades y para llevar a cabo sus agendas ideológicas.
Eso se aplica de modo evidente al hablar del aborto provocado. Es, ciertamente, una interrupción de un
proceso, pero una interrupción completa, definitiva. Es decir, se trata de la destrucción de una vida
humana, de un homicidio.
Frente a los manipuladores, es necesario hablar del aborto como lo que es: terminar con una vida
humana. De este modo, la palabra reflejará en toda su crudeza algo (no todo, ciertamente) de lo que
ocurre en cada aborto.