Voz del Papa
Consejos ante la tristeza
José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco comentó el pasaje de la Sagrada Escritura
donde aparece Job, un personaje célebre por ser el ejemplo de
quien padece muchas calamidades. Al principio Job acepta los
designios de Dios (pérdida de sus bienes, de su familia, etc.), pero
llega un momento en que cae en una gran “desolaci￳n espiritual” en
que se lamenta haber nacido y preferiría estar muerto.
Para quienes también sufren alguna desolación o tristeza, el
Papa ofreció algunos consejos: “La desolaci￳n espiritual nos sucede
a todos, y puede ser más fuerte, más débil. Es un estado del alma
oscuro, sin esperanza, que hace no tener ganas de vivir. Un estado
de tristeza grande, con el que casi no se puede respirar”.
Quizás –continuó– alguno piensa “tomar una pastilla para
dormir” y huir “de los acontecimientos”, o “tomar dos, tres, cuatro
copas de alcohol”. Pero esto “no ayuda”, no es la solución, aseguró
el Papa.
2) Para pensar
¿Qué hacer cuando estamos tristes, sin esperanza? Francisco
revel￳ que la respuesta está en el salmo 87: “Llegue hasta Ti mi
oraci￳n, Se￱or”. Por tanto, se necesita orar. El mismo Señor nos
enseña cómo orar en estos momentos tan feos.
Además, otro consejo es de saber acompañar. Muchas veces
consistirá en acompa￱ar en silencio: “cuando yo me acerco a una
persona que sufre, sea por una enfermedad, por cualquier
sufrimiento, pero que está en la desolación, hay que guardar
silencio, hablar lo menos posible; pero silencio con mucho amor,
cercanía, con caricias y con la oración ante el Padre. Y no hacer
discursos que al final no ayudan e incluso hacen mal”.
3) Para vivir
Hace pocas semanas, el Papa Francisco canonizó a la Madre
Teresa de Calcuta. Es sabido cómo esta santa supo acompañar a los
más necesitados aliviando sus malestares. Sin embargo, no es muy
conocido que la mayor parte de su vida, por muchos años, ella
misma padeció una desolación espiritual, una oscuridad en su alma.
Ello no le impidió seguir con su labor y su vocación sonriendo y,
sobre todo, sin perder la confianza y el amor a Dios.
Y no desesperó gracias a que era una mujer de oración. Supo
estar unida al Señor, aunque no se “sintiera bien”. Ejemplo de vida
que nos enseña que no hay que esperar a “sentirse bien” para
ofrecer nuestra ayuda. Se puede servir, ayudar, dar misericordia,
aun en situaciones del propio sufrimiento espiritual y corporal.
En la ceremonia de canonización, el Papa Francisco pronunció
que la Madre Teresa “ha sido una generosa dispensadora de la
misericordia divina, de la defensa de la vida humana, tanto la no
nacida, como la abandonada y descartada… Se ha inclinado sobre
las personas desfallecidas, que mueren abandonadas en las calles,
reconociendo la dignidad que Dios les había dado… La misericordia
ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la
«luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera
lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”.
Francisco concluy￳ orando a Dios “para que nos de la gracia
de reconocer la desolación espiritual, la gracia de orar cuando
seamos sometidos a este estado, y también la gracia de saber
acompañar a las personas que sufren momentos feos de tristeza y
de desolación espiritual.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )