UN MODELO INCÓMODO
Eres una santa (camino para vivir a Cristo) incómoda para muchos.
Eres una santa que no ha de ser muy simpática para muchos.
Lo tuyo no es el cristianismo cómodo que muchos desean.
Lo tuyo no es el cristianismo fácil que muchos pretenden.
Lo tuyo es un camino de santidad (un camino seguro de vivir lo de Cristo)
que no todos buscan.
Es el de la oración íntima que se hace compromiso de vida.
Es el de la oración profunda que se hace actividad.
Es el encuentro con el más pobre entre los pobres.
Es el encuentro con lo más despreciable entre los marginados de la
sociedad.
Es el encuentro con Jesús que se hace entrega constante.
No importa la religión del que se encuentra a la vera del camino.
No importan las razones por las que ha llegado a tal situación.
Solamente importa que es un ser humano y que en él está Jesús.
Solamente importa que es un ser humano y necesita un instante de
dignidad.
La dignidad de recibir una sonrisa.
La dignidad de recibir un abrazo.
La dignidad de un algo de agua y jabón para verse limpio.
Ese es tu camino de santidad.
Ese es tu camino de vivir a Jesús.
No es el camino de la vida aparte de la vida.
No es el camino del compromiso distante del próximo.
Ese tu camino es del encuentro con los más necesitados para hacer algo por
ellos.
Tenías tu vivencia de Jesús pero no salías a buscar adeptos.
Es ir al encuentro y brindar lo que está a tu alcance.
Es transitar las calles con los ojos bien abiertos para ver al otro.
Es saber que no hay ni fórmulas ni recetas sino amor, búsqueda y entrega.
Es saber que no se sale para enseñar una fe sino para vivirla dándola.
Lo tuyo es lo de Cristo que se hace compromiso y gesto que dignifica.
Nadie podrá saber lo que para aquel pobre agonizante significó la presencia
de tu rostro cercano y u mano amiga que le acompañaban para que no
muriese en soledad porque a nadie importaba su muerte.
Nadie podrá saber lo que para aquel leproso, acostumbrado a que los
demás se apartasen de su lado, significaron la presencia de tus manos le
lavasen y refrescasen con agua, jabón y cercanía.
Nadie podrá saber lo que para aquel niño abandonado entre moscas y ratas
encontrase, repentinamente, unos brazos firmes, delgados y pequeños que
le acunasen y le ofreciese seguridad y ternura.
¿Quiénes eran? Su nombre no te era importante. Te importaba que era
Jesús y pedía tu atención.
¿Qué religión tenían? Ello no tenía importancia. Era más que suficiente su
condición de seres humanos necesitados.
¿Recibían tu mensaje cristiano? Recibían el más cristiano de los mensajes
que es el que dice de humanidad, gestos concretos y cercanía.
Tu camino de santidad dice de intensa oración y dignificación del ser
humano puesto que ello fue lo de Jesús.
Lo tuyo muestra que lo de Jesús es posible y no requiere de grandes cosas.
Teresa de Calcuta, sin duda eres una propuesta de vida de Jesús incómoda
para muchos.
Padre Martín Ponce de León S.D.B.