Voz del Papa
Un testimonio de misericordia
José Martínez Colín
1) Para saber
En una multitudinaria Misa celebrada el domingo 4 de
septiembre en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, a la que
asistieron unas 120 mil personas, el Papa Francisco canonizó a
Santa Teresa de Calcuta.
No es casualidad que fuera en el Año de la Misericordia, como
apuntó el Papa Francisco, pues la "Madre Teresa, a lo largo de toda
su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia
divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y
la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la
abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la
vida proclamando incesantemente que el no nacido es el más débil,
el más pequeño, el más pobre”.
Continuó el Papa reconociendo que la Madre Teresa "se ha
inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren
abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que
Dios les había dado".
2) Para pensar
Teresa de Calcuta, cuyo nombre fue Gonxha Agnes Bojaxhiu,
nació en Skopje, Albania, el 26 de agosto de 1910. Fue bautizada al
día siguiente y recibió la Primera Comunión a la edad de 5 años.
Habiendo ingresado a la Congregación de las Hermanas de
Loreto, estuvo 20 años en la India distinguiéndose por su amor y
celo. En 1946 recibió la llamada, a través de visiones del mismo
Señor Jesús, de "renunciar a todo y servirlo en los más pobres entre
los pobres". Así fue que decidió ir a Calcuta y fundar las Misioneras
de la Caridad en 1950. El carisma de la congregación es entregarse
por los más pobres entre los pobres. Luego fundó la rama
masculina, y otras congragaciones y movimientos.
Cuando fue a Washington, relató un suceso impresionante:
“Había un hombre que habíamos recogido del desagüe, medio
comido por los gusanos y después de haberlo traído a la casa, sólo
decía, “He vivido como un animal en la calle, pero voy a morir como
un ángel, amado y cuidado.” Entonces, después que le quitamos
todos los gusanos del cuerpo, todo lo que dijo, con una gran
sonrisa, fue: “Hermana, voy a la casa de Dios” - y murió. Fue tan
maravilloso ver la grandeza de ese hombre que pudo hablar así, sin
culpar a nadie, sin comparar nada. Como un ángel; ésta es la
grandeza de la gente que es espiritualmente rica aun cuando son
materialmente pobres”.
Pese a vivir 50 años de aridez espiritual, la Madre Teresa
siempre sirvió con gran amor, convirtiéndose en testimonio vivo de
la misericordia y la ternura de Dios para con todos.
Cuando volvió a la Casa del Padre el 5 de septiembre de 1997
la Congregación contaba con 3842 religiosas viviendo en 594 casas
en 120 países.
3) Para vivir
El Santo Padre oró a la Madre Teresa para que "nos ayude a
comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el
amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado
sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión".
Como decía Santa Madre de Calcuta, “las familias que rezan
juntas, permanecen unidas. Hay tanto odio y miseria, que nosotras
con nuestras oraciones, con nuestro sacrificio, estamos empezando
en casa. El amor empieza en el hogar, y no es qué tanto hacemos,
sino cuánto amor ponemos en lo que hacemos”.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )