“No grabar”
P. Fernando Pascual
2-7-2016
Así se escribe la historia. Un grupo de personas “antisistema”, que dicen defender la libertad, la
autogestión, la trasparencia, lanzan una campaña de protestas.
Filman y filman todo aquello que pueda desprestigiar a “los otros”, especialmente a la policía.
Pero si alguien les reprocha sus arbitrariedades y sus violencias contra inocentes, la orden es
clara: “no grabar”.
Es típico del comportamiento totalitario difundir lo que beneficia a la “causa” y ocultar lo que la
cuestione o dificulte. Y hay antisistemas que tienen comportamientos totalitarios.
El mundo de la información vive en una guerra continua. La victoria consiste en difundir lo que
a uno le interesa. La derrota se produce cuando sale a la luz lo que va contra las propias ideas.
Por eso la orden de “no grabar”, impartida tantas veces, busca evitar derrotas que surgen cuando
la realidad empieza a aparecer en sus matices y en sus riquezas, en las que caben perspectivas
muy diferentes.
Los grupos revolucionarios dirán que los “conservadores” también usan este tipo de estrategias.
Pero el hecho de que los “enemigos”, acusados de injusticias y de totalitarismo, empleen la
táctica de ocultar las noticias desfavorables, ¿otorga un permiso para recurrir a la misma?
En los múltiples conflictos que se producen en la sociedad, la verdadera cultura de la
información abre los ojos a lo que dicen y hacen unos y otros. Por eso mira y cuenta todo lo que
permite conocer mejor lo que ocurre, también lo que deja en evidencia la falta de lógica o las
actitudes violentas de los protagonistas de una confrontación.
Solo con periodistas o ciudadanos de a pie que desobedecen la orden “no grabar”, será posible
acceder a un cuadro más completo de la información. Así se evitarán manipulaciones y censuras
típicas del totalitarismo, y se podrá discutir con actitudes abiertas y con un mejor conocimiento
de los hechos.