Los detalles de la Liturgia
P. Fernando Pascual
28-5-2016
La Liturgia tiene, entre sus aspectos más visibles, una gran riqueza de detalles y de normativas. ¿Por
qué? Porque se trata de un modo comunitario de participar en la vida de la Iglesia, de acoger la acción
salvadora de Dios en la historia.
Esos detalles y normativas, para algunos, parecen un peso. Otros los critican según ideas más o menos
subjetivos. A uno no le gusta arrodillarse, a otro inclinar la cabeza, otro prefiere mover las manos de
una manera y no de otra, hay quienes cambian las lecturas según modas e ideologías dominantes...
De las críticas es fácil pasar al desprecio y al abuso. Por eso duele constatar cómo hay sacerdotes que,
según sus opiniones, cambian partes de la misa, o alteran el modo de celebrar el bautismo, o suprimen
detalles del rito del matrimonio, etc.
Junto a los abusos que surgen de la crítica y del desprecio hacia las normas litúrgicas, otros se explican
simplemente por la falta de conocimiento. Por prisas o por una formación insuficiente, hay sacerdotes
y laicos que no conocen tantos aspectos concretos y bellos de la vida litúrgica de la Iglesia católica, y
por eso no los aplican.
Hay quienes objetan que lo importante no son las normas o los detalles, sino el espíritu. Vivir las
normas por legalismo, en modo casi automático y sin corazón, resulta contrario al mismo sentido de la
liturgia. Pero esta objeción no puede convertirse en una excusa para ir al otro extremo: permitir que
cada uno actúe según sus propios sentimientos o según ideas que muchas veces son simplemente
modas pasajeras.
Frente a esta situación, vale la pena un estudio sereno y eclesial de la liturgia católica en sus detalles y
en el sentido de cada criterio y normativa. No sólo para entender lo que nos piden el Papa y los obispos
sobre el modo correcto de celebrar, sino también para crear comunión, para vivir de modo más
armónico en las parroquias y comunidades.
Porque una de las dimensiones más hermosas de la liturgia consiste precisamente en ese aire de
familia, en esa unidad de fondo y de forma, que permite sentirse en casa en cualquier parroquia y con
cualquier párroco, porque se respetan detalles y normas que fomentan la unidad y que respetan el
significado de las palabras y de los gestos.
Los detalles de la liturgia tienen, por lo tanto, un sentido hermoso y eclesial que vale la pena conocer,
aplicar y explicar. De este modo, fieles y pastores caminarán juntos en la misma Iglesia, con la mirada
puesta en Jesucristo Salvador y con la escucha continua del Espíritu Santo. Un Espíritu que también se
hace presente en la obediencia filial de quienes viven los detalles litúrgicos en su armonía y sencillez
católicas.