¿Encarcelados entre ideas?
P. Fernando Pascual
21-5-2016
-Sócrates, me da gusto verte. ¿Piensas todavía que las ideas tienen algún valor?
-Telémaco, no lo pensaría si tú no lo pensases también.
-Vaya, veo que eres irónico. Yo no creo en las ideas abstractas. Solo existen cosas concretas.
-¿Dices lo que dices porque supones que se puede pensar sin ideas abstractas?
-Claro. O quizá pensamos con ideas abstractas que no tienen ningún valor ni sirven para nada.
-Espera un momento. Si rechazas el valor de las ideas abstractas es porque piensas con ideas
abstractas. Primero, para poder hablar sobre “ideas abstractas”. Segundo, para emplear
correctamente el concepto de “valor”.
-Sócrates, veo que quieres enredarme. Por más que argumentes, las ideas abstractas son vacías y
no ofrecen nada de interés.
-Veo que no te das cuenta de tus contradicciones. Porque es imposible decir que las ideas
abstractas no sirven para nada sin estar usando, al mismo tiempo, ideas abstractas.
El joven Telémaco quedó un momento en silencio. Pensaba. Y pensaba con ideas abstractas.
Porque, por más vueltas que le demos, sin ideas es imposible pensar...