El Santo Rosario deslumbra a Satanás
Rebeca Reynaud
En abril del 2008 fue muy sonada la conversión al catolicismo del pastor
evangélico, de origen pentecostal, puertorriqueño, Fernando Casanova. Cuando
tomó la decisión de convertirse al catolicismo lo comunicó a su esposa y provocó
la separación de su pareja; se quedó sin su esposa y sin sus tres hijos. Al entrar
a una capilla para buscar el apoyo en Dios, en uno de los bancos de la iglesia ve
un Rosario abandonado y entiende que Dios le está pidiendo que lo rece. Para él
era algo excesivamente difícil, pero se encara a la Virgen y le dice que está
dispuesto a recitarlo por dos peticiones:
-“Que mi esposa e hijos nos reconciliemos”;
-“Que mi esposa, mis hijos y yo entremos en comuni￳n plena con la Iglesia de tu
Hijo”.
“Recité el Rosario torpemente y sin fe,, pidiendo perd￳n a Dios por cada diez
Avemarías por si eso le gustaba”.
Ese mismo día se reencuentra con su familia y se reconcilia con su esposa. Y
justamente un a￱o después de ese “rosario mal rezado”, en la Catedral de
Puerto Rico son recibidos en la Iglesia Católica.
Se habla mucho del nuevo orden mundial. Sólo los que se forman en el Corazón
de la Virgen realmente pueden lograr un nuevo orden mundial.
Un día tiene 96 cuartos de hora. ¿No podremos darle un cuarto de hora a Dios?
El rezo del Rosario dura entre 10 y 15 minutos, ¿no podemos rezar al menos un
misterio cada día?
¿Por qué es tan provechoso rezar el Rosario? Porque el Rosario es un arma
poderosa para derrotar al enemigo ya que le recuerda paso a paso lo que
causará su derrota; Santa María le aplastará la cabeza. El ataque del linaje de la
mujer recae sobre un órgano vital, la cabeza (Génesis 3,15). Cada misterio
recuerda al Maligno diez veces a María, lo que constituye una tortura para él.
El Rosario es un modo de venerar a la Virgen María, es una alabanza a Dios que
implica humildad. Todo lo que la Virgen hace por nosotros es invisible y nunca
nos lo reclama. Estamos viviendo el estado espiritual más oscuro de la historia
de la humanidad porque es cuando hay más pecado, más maldad, pero también
el bien crece, porque “donde abund￳ el pecado sobreabund￳ la gracia”
(Romanos 5,20). En este tiempo vivimos las manifestaciones más
extraordinarias de María. No estamos viviendo su silencio. Está presente en la
historia en una abundancia gigantesca, a esto se le llama los océanos de María;
abunda la gracia. Cada vez estamos más cerca del regreso del Señor. Santa
María es la Madre de gracia que protege a todas las almas que navegan por este
destierro hacia Jesús.
El mensaje de María es “conviértete ya, ᄀcambia hoy!, no ma￱ana”. María es
reina de la milicia celestial y de la Iglesia militante o milicia terrena.
Cuando oramos por una persona estamos encendiendo una luz en medio de la
oscuridad. La oración pavimenta parte del camino al cielo. La oración tiene
muchas avenidas porque Dios está presente en toda la creación y si se le
reconoce en toda la creación y en todas las criaturas, se está en adoración
perpetua. Si le damos gracias por un nuevo día, por las plantas, el aire, la luz, y
le decimos “ᄀqué precioso árbol hiciste, qué lindo ni￱o!”, estamos en estado de
adoración, de contemplación.
Marino Restrepo, el colombiano que fue secuestrado y se convirti￳, cuenta: “Yo
no sabía que quien no tiene a María es un huérfano espiritual y no hay orfandad
más grande que esa”.
¿Por qué el Santo Rosario es tan eficaz? Porque es una oración sencilla, humilde
y, a través de ella, la Virgen nos forma espiritualmente en la sencillez de
corazón. Stefan Gobbi dice: Hoy Satanás logra conquistar casi todo con la
soberbia y la rebelión contra Dios, y tiene terror a los que siguen a la Madre de
Dios por el camino de la pequeñez y la humildad. Mientras los grandes
desprecian esta oración, la recitan con amor los que luchan por ser humildes y
fieles al Señor.
El primer problema que encontramos para rezarlo es la pereza; luego, la tibieza,
la frivolidad, la sensualidad, la soberbia... La Virgen puede derribar todas esas
dificultades. Cuando parece que nos topamos con pared, Ella vence. Ante este
mundo que se desanima tan fácilmente y que tiene muchos problemas que
parecen imposibles de solucionar, ¡Ella va a vencer! Apoyémonos en el amor que
la Virgen nos tiene, que no tiene comparación con el amor de las madres de esta
tierra, que ya es grande.
Un sabihondo en el tren.- Un joven universitario se sentó en el tren frente a un
señor de edad, que devotamente pasaba las cuentas del rosario. El muchacho,
con la arrogancia de los pocos años y la pedantería de la ignorancia, le dice:
-“Parece mentira que todavía cree usted en esas antiguallas...”.
-“Así es. ﾿Tú no?”, le respondi￳ el anciano.
-“ᄀYo! –dice el estudiante lanzando una estrepitosa carcajada –
. Créame: tire ese rosario por la ventanilla y aprenda lo que dice la ciencia”.
-“﾿La ciencia? –pregunta el anciano con sorpresa –. No lo entiendo así. ¿Tal vez
tú podrías explicármelo?”.
“Deme su direcci￳n –replica el muchacho, haciéndose el importante y en tono
protector–, que le puedo mandar algunos libros que le podrán ilustrar”. El
anciano saca de su cartera una tarjeta de visita y se la alarga al estudiante, que
lee asombrado: "Louis Pasteur. Instituto de Investigaciones Científicas de París".
El pobre estudiante se sonrojó y no sabía dónde meterse. Se había ofrecido a
instruir en la ciencia al que, descubriendo la vacuna antirrábica, había prestado,
precisamente con su ciencia, uno de los mayores servicios a la humanidad.
Pasteur, el gran sabio que tanto bien hizo a los hombres, no ocultó nunca su fe
ni su devoción a la Virgen. Y es que tenía, como sabio, una gran personalidad y
se consideraba consciente y responsable de sus convicciones religiosas.