5 frases que destruyen tu matrimonio
P. Adolfo Güémez, L.C.
Un amigo, me dijo en una ocasión que no hay empresa sin enemigos. ¡Y la familia no se
salva de esto! Veamos sólo 5 de ellos.
:: 1. ¡Siempre yo! ::
El primer enemigo es el individualismo. Porque una familia basa su vida en el amor, que
conlleva entregas y renuncias constantes.
Cuando abrimos la puerta al individualismo, entonces nace la intolerancia y la agresividad,
pues se convierte en un enemigo de mi comodidad, de mis decisiones y mi manera de ser.
:: 2. ¡Soy libre! ::
Nadie puede negar la libertad personal de cada ser humano. Pero ella jamás se puede
convertir en un pretexto para rehuir los compromisos y deberes familiares.
La libertad no sólo sirve para elegir, sino sobre todo para orientar nuestra vida hacia
objetivos nobles, dando lo mejor de uno mismo. Pero para lograrlo hace falta mucha
disciplina personal.
Por eso no me sorprende que en muchos países disminuya el número de matrimonios, a la
vez que crezca el de las personas que viven solas. ¿De verdad esto es el camino a la
felicidad?
:: 3. ¡Siempre es lo mismo! Ya me cansé. ::
El matrimonio real no es el de las películas, sino el que afronta todos los días sus
circunstancias y retos con el amor y la alegría de la primera vez.
Pero no se trata de un peso que hay que soportar durante toda la vida, sino de un camino
dinámico que tenemos que desarrollar.
La rutina, es cierto, nos afecta muchas veces. Pero depende de cada uno de los esposos el
crear nuevas maneras de relacionarse y demostrar su amor.
:: 4. ¡Ya no te quiero! ::
El amor es un proceso que va pasando por diversas etapas. Las primeras, donde reina el
enamoramiento, pueden parecer las mejores. ¡Pero no es así!
Porque lo que da sentido a la vida no es lo pasajero, sino lo permanente. Todos sabemos
que el sentimiento pasa, y que si basamos nuestra vida en él, jamás construiremos nada
duradero.
El amor no es una red social de la que me puedo conectar o desconectar a mi gusto. El
verdadero amor es el que se decide todos los días a amar, aunque a veces vaya en contra de
los propios sentimientos.
El amor no es una cosa desechable que cada uno usa y tira, gasta y rompe, aprovecha y
estruja mientras sirva. Y después, ¡adiós! Eso es más bien narcisismo, y si nos dejamos
llevar por él, pronto sufriremos la triste soledad de quien no es capaz de ver más allá de sí
mismo.
:: 5. ¿Para qué seguir luchando, si siempre vuelve a ser lo mismo? ::
Es cierto que a las personas nos cuesta mucho superar nuestros defectos, y por eso
fácilmente podemos exasperar a los demás. Sin embargo, para el que ama, toda lucha por el
amor es poca.
Si queremos tener un matrimonio feliz, hemos de armarnos de la valentía de la paciencia,
del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación constante y también del
sacrificio para superar toda dificultad.
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