Familogía
P. Fernando Pascual
8-4-2016
El término es poco conocido, pero tiene su sentido y merecería ocupar un lugar especial en el
mundo moderno: “familogía”.
Sí: existen la psicología, la biología, la sociología, la pedagogía, la filosofía, y tantos otros
ámbitos del saber. Pero, ¿estudiamos de verdad lo que es la familia?
La familogía (o familialogía, o quizá existan términos más adecuados) dirige su mirada sobre el
núcleo básico de la vida social y el lugar donde cada ser humano inicia a existir: la familia.
Es cierto que sobre la familia ha habido y hay experiencias muy variadas a lo largo de la
historia. Podríamos evocar el patriarcado, el matriarcado, diversos modos de pensar y regular el
matrimonio, la paternidad y la maternidad, etc.
Pero más allá de la variedad de costumbres y de leyes, hay una serie de elementos básicos que
definen la familia y que dan las pistas para fomentar su “salud”. Bastaría con recordar
brevemente dos para darnos cuenta de la importancia de la familogía.
El primero radica en la complementariedad que hace fecundo el amor entre el hombre y la
mujer. Esa complementariedad, que asume la dimensión sexual y la enriquece con otros
aspectos, abre a la pareja a la gran aventura de la paternidad y la maternidad, y fundamenta la
necesidad de una relación estable y comprometida, como la que existe en la institución
matrimonial correctamente entendida.
El segundo surge desde las relaciones entre padres e hijos. Porque en el momento en el que la
fecundidad permite el nacimiento de un hijo, en los padres se hacen concretos, incluso
perentorios, numerosos deberes y obligaciones hacia el hijo, desde los más básicos (comida,
vestido, protección) hasta los más elevados: educación, acogida y acompañamiento en el camino
de la propia madurez.
La larga experiencia humana y la complejidad del mundo moderno ponen ante nosotros una
larga lista de problemáticas y de amenazas que hacen difícil la vida familiar y que provocan en
muchas ocasiones daños entre los esposos y en las relaciones entre padres e hijos.
Por lo mismo, la familogía no puede limitarse a describir los fenómenos, sino a ofrecer pistas
que orienten a las personas y a los grupos a la búsqueda de la tutela de la familia y a la
promoción de su salud.
En la gran gama de saberes humanos, la familogía necesita ser valorada y promovida de la mejor
manera posible. Porque, muchos lo dirán con gratitud, otros lo sentirán con nostalgia, la vida se
embellece cuando hay esposos, padres e hijos que viven sus relaciones con amor, alegría y
entrega generosa; es decir, cuando logran la salud familiar, que es una de las más consoladoras
experiencias que pueda hacer el ser humano mientras camina en esta tierra.