La Confianza en Dios supone tene fe
Marta Morales
El 20 de enero de 2016 fui a ponerle marco a unos cuadros. De regreso tomé un taxi.
El conductor me contó que tenía una novia alcohólica, él la amaba de verdad, y un día
ella le dijo: “Lo peor que me ha pasado en la vida ha sido conocerte”. Y lo dej￳. Se
puso triste. Él no era alcohólico pero se le ocurrió empezar a tomar. Al día siguiente iba
muy crudo . Tenía el rostro de un Cristo en el tablero y notó que el Cristo se le quedaba
viendo, y tuvo una locuci￳n en que Cristo le dijo: “﾿Por qué hasta ahora?”. El chofer le
respondi￳: “Tú no me ayudas”. A lo que Cristo replic￳: “En cada tropieza y en cada
caída tuya allí he estado yo. Siempre te acompa￱o”. El taxista tuvo que estacionarse
pues lloraba mucho. Tuvo una conversación muy íntima con Jesús y comprendió que Él
lo quería más cerca de Él y que tuviera más fe y más confianza en la providencia
divina.
La confianza resume en sí las virtudes teologales. Quien la tiene es señal de que tiene
fe, esperanza y caridad. Cuando uno espera y ama y cree en alguien, tiene confianza.
Dios es merecedor de toda nuestra confianza.
Chesterton decía que si fuera clérigo y fuera a dar un solo sermón ese sería contra el
miedo. Es muy cierto que a los seres humanos nos cuesta mucho confiar en Dios.
Jesús nos dice al oído: La confianza que me agrada es la absoluta, la total. No importa
que algo te parezca difícil de entender, o que te rebasen los acontecimientos negativos.
La confianza se basa en la esperanza teologal, y esta virtud puede crecer al infinito. Me
tienes a mí para valer y para poder. Conmigo vales todo y puedes todo. No me pidas
explicaciones: sencillamente confía. (Ricardo Sada, Oír tu voz, Minos, México, p. 66).
Santa Faustina nos pasa un mensaje de Jesús en su Diario : Evita las preocupaciones
que te afligen y los pensamientos negativos sobre lo que puede suceder más adelante.
No estropees mis planes queriendo imponerme tus ideas. Déjame ser Dios y actuar
como sé hacerlo. Abandónate en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime
frecuentemente Jesús confío en ti. Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus
propias ideas y el querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices “Jesús yo
confío en ti”, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure pero le sugiere
el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos. No tengas, miedo, Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue
confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora: Jesús,
yo confío en ti. Necesito las manos libres para obrar. No me las ates con tus
preocupaciones inútiles. Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
Confía en mí, abandónate en mí. Yo obro en proporción del abandono y la confianza
que tienen en mí. Deposita en mí tus angustias, tus problemas y dificultades y duerme
tranquilo. Dime siempre: Jesús confío en ti, y verás cómo se va llenando tu alma de
paz, de tranquilidad, de amor y de sosiego. Te lo prometo y te lo cumplo porque te
amo. Tu amigo que nunca falla. Jesús.
El enemigo siembra cizaña como el ateísmo práctico, la envidia, el egoísmo. Los males
del mundo nos vienen de los no creyentes: la promoción de la droga, del aborto, de la
guerra. Hay que rezar por los no creyentes. En cambio, ¡cuántas cosas buenas nos
vienen de una persona que tiene fe! ¡Y cuántos males nos vienen de los incrédulos! No
reconocer a mi Creador es el origen de todo pecado.
Una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda. Un
brujo que oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que
compraran alimentos y los llevaran a la mujer, con la siguiente instrucci￳n: “Cuando ella
pregunte quién mand￳ estos alimentos, respondan que fue el diablo”. Cuando los
secretarios llegaron a la casa, la señora los recibió con alegría y fue inmediatamente
guardando los alimentos que le llevaron. Al ver que no preguntaba nada ellos le dijeron:
“Se￱ora, ﾿no quiere saber quién le envi￳ estas cosas?”. La mujer en su simplicidad
respondi￳: “No, hijo mío, no es preciso. Cuando Dios manda ᄀhasta el diablo obedece!
Además, el donador ha de querer que su mano izquierda no sepa lo que hace la
derecha”.
El camino es tan peligroso que sólo aquellos que toman de la mano de la Virgen
caminarán con seguridad. “Creo en el sol, aunque no brille; creo en el amor, aunque no
lo sienta; creo en Dios, aunque él se calle”, decía una inscripci￳n encontrada en una
bodega donde los judíos se escondían de los nazis.
La promesa de Dios es: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo;
él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el tal￳n” (Gén 3,15). La salvaci￳n de
la raza humana en este momento de la historia está contenida en esta promesa.
Nuestra confianza y nuestra esperanza en Ella deben ser totales. Debemos ser
totalmente de Ella y Ella, totalmente nuestra. Nada debe quedar fuera.