Al comenzar el Año Nuevo
La Puerta de la misericordia
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
Ha comenzado un año nuevo y no es casualidad que el primer
mes se llame “enero”. Ello se explica remontándonos a su origen.
La palabra “enero” viene de “ianuarius”, que a su vez proviene
de “ianua” que quiere decir puerta: se deja el año que termina y se
pasa al año que comienza. Por ello, Iano (Jano), que era una mítica
figura divina, se le representaba con dos caras, una mirando hacia
atrás y otra hacia delante, pues sabía lo pasado y el futuro, era
bifronte, con dos frentes, como las puertas.
Una puerta también es signo de Cristo por varias razones. El
nacimiento de Jesucristo repercutió en toda la historia
profundamente, se podría decir que esa fecha configuró la historia
del hombre como bifronte, la dejó partida en dos: un tiempo
anterior y posterior. Por eso, todo cuanto había ocurrido antes y
todo lo que suceda después habrá de fecharse con referencia a
dicho acontecimiento, mediante las abreviaturas a.C. (antes de
Cristo) y d.C. (después de Cristo) o su equivalente a.D. (anno
Domini, año del Señor). Cada vez que alguien escribe una fecha,
inconscientemente rinde homenaje al Hijo de Dios, que nació de
santa María Virgen.
2) Para pensar
El Santo Padre, ha explicado que “el A￱o Santo de la
Misericordia ha comenzado en toda la Iglesia y se celebra en cada
diócesis, como un signo visible del amor misericordioso del Padre y
de la comuni￳n universal”.
En la bula que escribió el Papa, la Misericordiae Vultus,
establece que podrán ganar la indulgencia todos los fieles que
“acudan a la Santa Iglesia Catedral o cualquiera de los templos
jubilares designados y participen en la celebración de la santa
Eucaristía o en una sagrada ceremonia reflexionando sobre la
misericordia, haciendo la profesión de fe y orando por el Papa y sus
intenciones, cualquier día del año; dicha gracia podrá ser aplicada
por los fieles difuntos”.
Ha recordado que el amor de Dios se manifiesta en la
misericordia y el perd￳n y, por eso, “amar y perdonar son el signo
concreto y visible de que la fe ha cambiado nuestros corazones”. Y
una manera de manifestarlo es a través del signo de atravesar la
Puerta Santa.
3) Para vivir
El hecho de abrir una puerta con ocasión de un Año Jubilar se
remonta al siglo XV. Fue el papa Martín V quien, en 1423, abrió por
primera vez en la historia la Puerta Santa de la basílica de San Juan
de Letrán.
El Papa Francisco ha precisado que la Puerta simboliza al
mismo Jesús y “cuando pasamos por ella manifestamos nuestra
confianza en él y el deseo de una verdadera conversión. Jesús nos
anima a salir al encuentro de los demás para llevarles su amor”.
“Yo soy la puerta” dijo Jesús (Jn 10, 7.9). Cristo es la puerta a
través de la cual vamos al Padre, alegría perfecta en la vida sin fin.
Por eso, entrar por la Puerta Santa es un signo de dejar atrás el
pecado para ir hacia Cristo.
El Santo Padre nos anima “a abrir la puerta del coraz￳n para
dejar entrar a Cristo y ser portadores de su misericordia”.
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