POCO A POCO
Vamos entrando en clima de Navidad.
Desde hace tiempo los medios nos están bombardeando con ofertas y posibilidades.
Sin duda que ello no se debe a un clima de Navidad sino a una zafra colmada de
oportunidades.
Desde hace unos días se van viendo arreglos alusivos a Navidad.
En muchos lugares, parecería, Papá Noel acapara la atención desplazando a la
Navidad.
Navidad es mucho más que algunos adornos o algunos presentes.
Navidad es una celebración donde todo lo nuestro se involucra.
Una celebración donde nuestra historia deja entrar el amor y lo que ello implica.
Es celebrar a Dios que irrumpe en nuestra historia hecho ternura en un recién
nacido.
Navidad no llega de improviso.
Necesita de cada uno de nosotros para ser realidad.
Navidad se construye poco a poco.
Sin grandes aspavientos.
En este hoy en el que estamos inmersos necesario se hace el construir, poco a
poco, Navidad.
Para que las situaciones de violencia que azotan al mundo concluyan debemos
comenzar a comprometernos con más amor en nuestras familias.
No soñemos grandes cosas para cambiar el mundo.
Nuestro mundo se cambia desde lo cotidiano en nuestros hogares colmado de
Navidad.
Miremos en la dirección que miremos habremos de encontrar situaciones que nos
cuestionan y desafían.
Pero esa mirada no puede impedirnos mirar lo de cada uno.
Es cambiando lo pequeño que se modifica lo macro.
No puede haber paz en el mundo si no hay paz en nuestras relaciones cotidianas.
Navidad no es una utopía sino un compromiso con Dios y con los demás.
Navidad es cercanía de Dios para con la humanidad.
Necesitamos ayudar y ayudarnos a dejar ganar espacios a Dios en nuestras cosas.
Dios siempre está presente aunque mucho nos empeñemos en apartarlo de lo
nuestro.
Dios nos dignifica como seres humanos y necesario se nos hace el poder recuperar
nuestra dignidad de personas.
No somos un engranaje más de una máquina dedicada a la producción y al interés.
No somos un elemento más que vive inmerso en el mundo del mercado.
No somos seres que vivimos para defendernos de los demás o para agredirles en
cuanta oportunidad se nos presente.
Como personas somos seres destinados a vivir en relación y convivencia con los
demás.
Para ello necesario se nos hace esa dosis de comunión que nos acerca Navidad.
Día a día, paso a paso, poco a poco, debemos empeñarnos en la tarea de
humanizar nuestras relaciones y vivir conforme ello.
Navidad es Dios que se humaniza para que lo nuestro se llene de Él.
Navidad es descubrir que todo lo nuestro dice de Dios porque allí está Él.
Para poder vivir Navidad debemos llegar a la certeza de que es una necesidad.
Una necesidad que nos involucra y compromete.
Son nuestros esfuerzos cotidianos los que construyen Navidad.
Es desde nuestros aciertos y nuestros errores que le construimos.
Si no asumimos nuestros errores mal podemos revertir nuestras conductas.
Si no potenciamos nuestros aciertos no podemos hacer crecer nuestra realidad
personal.
Bien sabemos que todo esto no es otra cosa que un interminable proceso donde,
desde lo que somos, hacemos de Navidad una realidad creciente.
Poco a poco asumamos el desafío de comenzar a construirla.
Padre Martín Ponce de León SDB