ALGO MÁS QUE PALABRAS
NADIE ES LIBRE HASTA SERLO TODOS
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Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
corcoba@telefonica.net
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Aunque el ser humano nazca libre, medio mundo es esclavo de uno mismo y, el otro medio,
practica el abecedario de las cadenas, por lo que es muy difícil emanciparse, por muchas ceremonias que
nos declaremos contra la esclavitud. ¿Quién pudiera ser libre como el viento?. Naciones Unidas acaba de
estimar que hay veintiún millones de personas esclavizadas en el planeta, entre las cuales cerca de seis
millones son niños. Lo cierto es que la deshumanización y la humillación está a la orden del día, en
cualquier camino, donde habiten seres vivos. Precisamente, cuesta erradicar este terrible flagelo, porque
es un gran negocio. Según Naciones Unidas genera a los explotadores ganancias ilícitas de hasta ciento
cincuenta millones de dolores. Sus víctimas son de toda condición, pero la mayoría de las veces se hayan
entre los más pobres de entre los pobres, o sea, de entre los más vulnerables en definitiva.
El sistema de convivencia ayuda poco, puesto que al fin, terminamos haciendo todo por dinero.
Imagínense, las deudas nos pueden. ¿Habrá mayor sumisión para un hombre honrado que las deudas?.
Por otra parte, hemos declarado la esclavitud tantas veces como un crimen contra la humanidad, oculto en
cualquier sitio, que es hora de la acción. No podemos quedarnos en la palabra. Todos podemos y debemos
alzar el estandarte de los valores humanos, el esfuerzo solidarizado, la visión liberadora y conjunta, en
favor del ser humano como tal. Tantas cosas se nos imponen en la sociedad actual, que no es fácil
recobrar la propia vida que uno quiera llevar a efecto, siempre y cuando no moleste a su análogo. Desde
luego, no se puede armonizar un mundo con grilletes; y esto ocurre tanto en ciudades como en pueblos,
en las villas emergentes como en las más pobres; y lo peor, es que tal escenario, se agrava cada día más.
Parece que no hemos aprendido la lección de humanizarnos, de convertirnos nosotros mismos en el
prójimo de cada persona, brindándole cuando menos nuestro auxilio.
A propósito, decía el ensayista, novelista y poeta, Khalil Gibran (1883-1931), que hasta el
ruiseñor se negaba a anidar en la jaula, para que la esclavitud no fuese el destino de su cría, y no le faltaba
razón, ya que jamás será libre aquel que se pone cerrojos, ya sea con abecedarios o con el propio
pensamiento. Para empezar estamos acostumbrados a adoctrinar, a permanecer pasivos e indiferentes ante
seres humanos abandonados, a no solidarizarnos con trabajadores injustamente tratados, cuando no
despreciados, a hacer turismo por las calles del mundo y a permanecer fríos ante este comercio tan injusto
de compraventa de vidas humanas, o a no querer ver lo que es verdaderamente palpable, como es el
turismo sexual o la compra de órganos. A cuántas vidas a diario le cerramos el futuro, le impedimos soñar
con otros horizontes, realizarse, volar y esperanzarse. Por eso, pienso que deberíamos tener un sistema de
justicia internacional justo y fuerte, sin benevolencias a la hora de aplicar la ley que prohibiese cualquier
esclavitud.
Desde luego, si en verdad queremos poner fin a esta lacra, no sólo se requieren legislaciones,
sino que se aplique estrictamente la norma, involucrando no sólo a Naciones Unidas, también a todos los
actores del mundo que lideran países, religiones o culturas. A mi juicio, es una buena noticia que se haya
sugerido el nombramiento de un enviado especial de la ONU para trabajar con los Estados y desarrollar,
en 2017, una Asociación Global para acabar con la esclavitud moderna. Ya se sabe, que nadie es
totalmente libre, hasta que lo sean todos. Por desgracia, se ha ido perpetuando de generación en
generación esta cultura del vasallaje, de diversos modos y maneras. La atmósfera actual es de lo más
vejado, con las consecuencias que ello conlleva de maltrato, violación de la propia dignidad e
institucionalización de la desigualdad. De ahí la necesidad de que todo ser humano pueda sentirse libre,
ser libre, vivir en libertad. Ya está bien que sea un privilegio de algunos, cuando es un derecho de todos.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
corcoba@telefonica.net
2 de diciembre de 2015.-