LA EDUCACIÓN ESPAÑOLA VICIADA EN SU ORIGEN
Ángel Gutiérrez Sanz
Mucho hablar de democracia, mucho de libertad; pero la realidad es que
en España se están conculcando los derechos más fundamentales de la
persona como pueden ser el derecho a la vida de los nascituros y el derecho
de los padres a elegir la educación que desean para sus hijos. Resulta
desalentador constatar como los políticos de uno u otro signo nos han
llevado a situación degradante para una sociedad que se las da de civilizada
y hasta es posible que la cosa vaya a peor a juzgar por lo que en estos días
se está diciendo sobre educación, lo que obliga a salir al paso para hacer
una breve reflexión sobre los desatinos que estamos oyendo.
De entrada no deja de ser sorprendente que haya políticos que se atrevan a
hablar de educación como si fueran expertos consumados en Pedagogía o
Filosofía Antropológica, cuando en realidad lo único que pueden
ofrecernos son discursos cargados de intencionalidad política que
machaconamente reproducen las consignas emanadas de la ideología de
partido y que ya todos conocemos. El mejor servicio que los políticos
puede hacer hoy a la educación española es despolitizarla y mientras esto
no suceda, no podremos hablar de una educación libre y si la educación no
es libre deja de ser educación.
Solamente en el contexto de una educación descaradamente politizada
pueden entenderse declaraciones de algunos líderes políticos aspirantes a
la presidencia del gobierno, que apuntan a expulsar a Dios tanto de la
escuela pública como de la privada, basándose en unos argumentos que dan
risa, como es el de que la religión pertenece al ámbito privado, pero no así
la laicidad que según ellos debe hacerse omnipresente en la vida pública.
La cuestión procede ya de muy antiguo. El enfoque que se ha venido
dando al tema educativo, ha estado viciado desde el principio. Se parte del
hecho que los laicos tienen todo el derecho a serlo , a manifestarse
públicamente como tales, a tener una escuela hecha a su medida, en
cambio los creyentes han de conformarse con una escuela que nada tenga
que ver con sus convicciones. Lo laico es fiable en cambio todo lo que
huele a religioso es sospechoso, lo laico es sinónimo de neutralidad lo
religioso de fanatismo que hay que ir erradicando de la vida pública.
Argucia, pura argucia, porque la realidad es, que en materia de educación
la neutralidad no existe. Sucede y a veces es fácil de constatar como la
laicidad en ocasiones, resulta tendenciosa y virulenta. Nada por tanto de
invocar la laicidad como sinónimo de neutralidad. El mero intento de
prohibir que en las escuelas se hable de Dios es ya una forma intransigente
de confesionalidad negativa ; pero al fin y al cabo confesionalidad,
entonces yo me pregunto ¿Por qué los sin Dios han de gozar del privilegio
de poder asistir a un escuela donde se sientan cómodos y los demás no.
Bien está la escuela laica ; pero ¡ojo! solo para quien la quiera, nunca
imponérsela a quienes prefieren otro tipo de escuela. Olvidar esto puede
conducir a una injusta discriminación ciudadana
Risa provoca así mismo el rancio argumento esgrimido siempre que se
habla de estas cuestiones. A un Estado laico, se dice, corresponde una
escuela laica . Bien mirado estas palabras son la expresión de un radical
totalitarismo estatal, que solamente podrían compartir quienes piensan que
la escuela es patrimonio del Estado y no de la ciudadanía, lo que no deja de
ser una aberración. Los políticos tienen que convencerse de una vez por
todas, que los protagonistas de la educación no es el Estado sino los padres,
que son éstos y no otros los que tienen que decidir cómo ha de ser la
educación que quieren para sus hijos o ¿es que a estas alturas, se va a poner
en duda que son los padres los que tienen el derecho a educar a sus hijos y
el Estado la obligación de proteger ese derecho? Pues bien, si así son las
cosas y no pueden ser de otra manera, habrá que recordar a los
desmemoriados que la mayoría de los españoles están a favor de la
enseñanza religiosa en la escuela pública y esto es lo que debiera tenerse en
cuenta. He aquí algunos datos facilitados por la Conferencia Episcopal
Española según los cuales, el 75,64% han elegido la asignatura de
Religión, ésa que los políticos pretende ningunear, lo que significa que de
los de los 6.876.515 estudiantes españoles 5.198.645, es decir tres de cada
cuatro alumnos no parecen estar por el laicismo a ultranza en las escuelas.
Hay que recordar también que a pesar de los obstáculos y restricciones,
existen centros privados de enseñanza y un total de 5.500 centros
concertados de los que 4.448 son religiosos que gozan de una buena
reputación entre la ciudadanía.
En razón de otros considerandos podíamos continuar denunciando la
intromisión intolerable del Estado Español en el terreno educativo.
Brevemente me referiré a dos casos en que se vuelve a poner de manifiesto
su falta de respeto hacia la libertad educativa. Veamos. Los políticos no
acaban de entender que una cosa es la educación y otra bien distinta la
escolarización. Es completamente razonable que el Estado universalice la
primera porque se trata de un bien al que todo ciudadano tiene derecho. Lo
que resulta de todo punto inadmisible es que se imponga de forma
obligatoria la segunda, porque ello constituye un atentado contra los
derechos de la patria potestad ¿ Quien es el Estado para imponer la
asistencia a centros estatales e invalidar la educación en el seno de la
familia? ¿ Por qué el Estado puede desconfíar de la educación domiciliaria
y los ciudadanos no pueden desconfiar de la educación estatíficada que se
imparte en la escuela pública?
Otro tanto podríamos decir en referencia a la escuela mixta y la escuela
diferenciada . ¿ Por que la primera es privilegiada y la segunda prohibida
en España? Los padres que estén en desacuerdo con los postulados de la
ideología de género tienen todo el derecho del mundo a exigir al Estado
que se les dé opción de llevar a sus hijos o hijas a una escuela diferenciada,
sobre todo a aquellos que están convencidos de que en este tipo de
escuelas se obtienen mejores resultados académicos y mejor formación
humana.
No haría falta decir que la educación para convertirse en instrumento de
liberación humana , ella misma tiene que comenzar por ser libre, pero para
ello tiene que dejar de ser monolítica y pasar a ser plural, como plural es la
sociedad en que vivimos; pero esto es precisamente lo que incomoda a los
políticos que se sienten más seguros con una escuela homologada y
férreamente controlada, para así encauzar los pasos de las nuevas
generaciones y perpetuar el régimen político vigente. Desde siempre todos
los regímenes políticos de la historia, han sentido la necesidad de tener
controladas las mentes, para autoprotegerse. Esto y la propaganda han sido
los aliados poderosos y eficaces para el continuismo político . Se ve, que
hay cosas que nunca cambian