Los maestros de la sospecha
Martha Morales
¿En qué consistió el pecado original?
Esencialmente en esto: El hombre,
tentado por el diablo, dejó morir en su corazón la confianza hacia su Creador y,
abusando de su libertad, desobedeció al mandamiento del Señor (CEC, n. 397).
El tentador dice: ¿
Conque os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos
del paraíso? Y respondió la mujer a la serpiente: Del fruto de los árboles del paraíso
comemos, pero del fruto que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: ‘No
comáis de él, ni lo toquéis siquiera. No vayáis a morir’. Y dijo la serpiente a la
mujer: ‘No moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los
ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal’.
El árbol es un símbolo que significa su límite infranqueable. No puede pretender ser
como Dios. Sólo Dios es la fuente de todo ser. Sólo Dios es la verdad y la Bondad
absolutas, en quien se mide y desde quien se distingue el bien del mal. Sólo Dios es
el Legislador eterno, de quien deriva cualquier ley en el mundo creado, y en
particular la ley de la naturaleza humana.
El relato continúa: “Vio, pues, la mujer que el fruto era bueno para comerse,
hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y
comi y dio también de él a su marido, que también con ella comi”. Entonces “se
abrieron los ojos” de ambos y “vieron que estaban desnudos”. Y cuando el Seor
Dios “llam al hombre, diciendo: ¿Dnde estás?, éste contest: ‘Temeroso porque
estaba desnudo, me escondí’ (Gen 9,10).” El hombre ha perdido ahora el
fundamento de su alianza con Dios.
El respeto de la libertad creada es tan esencial que Dios permite en su providencia
incluso el pecado del hombre. Podemos deducir, pues, que a los ojos de Dios era
más importante que en el mundo creado hubiera libertad, aun con el riego de su
mal empleo, que privar de ella al mundo para excluir de raíz la posibilidad del
pecado.
Luzbel falsea la verdad de lo que Dios ha dicho, introduce la sospecha sobre las
intenciones y planes divinos y, finalmente, presenta a Dios como enemigo del
hombre. El hombre, tentado por el diablo,
dejó morir en su corazón la confianza
hacia su Creador
(Gen 3,1-11)
,
y desobedece al mandamiento de Dios. En
adelante todo pecado será una desobediencia a Dios y una falta de confianza en su
bondad.
¿Cómo induce Satanás al hombre y a la mujer al pecado, en el
paraíso?
Hace que sospechen de Dios. La sospecha envenena la mente. Una vez
que ha entrado en ella, transforma todos los datos en indicios y todos los indicios
en pruebas. El perverso “espíritu de sospecha” ve su primera manifestación en la
duda que la serpiente insinúa a nuestros primeros padres acerca de las intenciones
reales de Dios.
En el corazón humano se introduce una duda terrible de si la creación es un acto de
donación o no, y de si Dios es el enemigo del hombre. Introduce la sospecha en el
corazón humano de que Dios no nos quiere. Y el ser humano le vuelve la espalda a
Dios. Bajo esta perspectiva, la persona ya no es un don llamado a darse, porque la
creación no es expresión del amor de Dios; él es el enemigo y no creó por amor.
Por eso Adán y Eva pierden la conciencia de la vocación al don. Adán y Eva
oscurecieron su estúpido corazón y prefirieron servir a la criatura, no al
Creador. La
moral autónoma
consiste en decir: “Yo decido lo que está bien y lo
que es malo.” Eso fue lo que hicieron nuestros primeros padres.
La ofensa fue infinita, ¿cómo repararla? Fulton Sheen dice que Dios hace una
sinfonía y el ser humano mete la nota discordante. Dios podía borrar la nota
discordante, pero se sirve de ella para hacer una sinfonía mejor.
Consecuencias de todo
pecado es que los ojos del alma se embotan; la razón se
cree autosuficiente para entender todo, prescindiendo de Dios; la inteligencia se
considera el centro del universo y se entusiasma ante el “seréis como dioses”.
En nuestra época continua la posibilidad de sospechar de Dios. Los “maestros de la
sospecha”, según Ricoeur son tres:
Federico Nietzsche
ataca a la Metafísica y
dice que “Dios ha muerto”. La superacin de este trance se dará con
el
superhombre
que está más allá del bien y del mal.
Sigmund Freud
descubre el
inconsciente. Postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa y polimorfa.
Y
Karl Marx
, quien
propone la lucha de clases, lucha entre opresores y oprimidos;
su motor es el odio y el dinero.
¿Por qué Freud es “filsofo de la sospecha”? Porque afirma que
nada es lo que
parece
, todo lo convierte en síntoma que ha de ser interpretado. ¿Y qué criterios
de interpretación sigue? El psicoanálisis. Detrás de las diversas conductas hay
motivos sexuales.
Cada uno de ellos opta por el poder, el placer sexual y el dinero; las tres cosas a las
que renuncia un sacerdote católico para ser una persona fiable.
La gran herejía moderna está en haber perdido lo sobrenatural, que va desde la
pérdida de la fe en lo sobrenatural y no encontrarle sentido a lo sobrenatural. Pero
Dios siempre presenta nuevas respuestas a problemas nuevos. El cristianismo no es
estático, es un cuerpo vivo, es el Cuerpo de Cristo que crece en países en donde
está perseguido como China y países islámicos, donde ha habido conversiones
debido a milagros y visiones. ¿Qué está haciendo Dios? Dios siempre nos
sorprende. Él nunca se acomoda a nuestros pequeños esquemas. No olvidemos que
el Espíritu Santo actúa (Peter Kreeft).