Engaño: Vende bien, paga mal
Los tres escalones del diablo
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El Cuerpo de la Gendarmería del Estado de la Ciudad del
Vaticano, celebró a su patrón, san Miguel Arcángel, con una misa
presidida por el papa Francisco.
En su homilía, el Papa recordó la lucha entre el Arcángel san
Miguel y el demonio. Y así como san Miguel derrotó al diablo,
nosotros estamos llamados también a vencer sus tentaciones.
El santo padre recordó que el diablo es un “sembrador de
insidias, nunca cae de sus manos una semilla de vida, una semilla
de unidad, siempre insidias, insidias: es su método, sembrar
insidias”. Por eso, invitó a rezar al Señor para que nos proteja y
estar atentos.
Del mismo modo, advirtió que el demonio “es un seductor y
seduce con el encanto, con el encanto demoníaco, te lleva a creer
todo”. Y aseguró a los presentes: “¡él sabe vender con este encanto,
vende bien, pero al final paga mal!”
2) Para pensar
A propósito, el Papa invitó a recordar el episodio de las
tentaciones del diablo a Jesús tras cuarenta días ayunando en el
desierto: “El diablo trató de seducirlo y, al final, como no consigue
seducirlo, intenta la última: ‘hablemos claro: te doy todo el poder
del mundo, pero tú me adoras a mí. Hagamos un negocio’”, explicó
el Papa en su homilía. Eso mismo hace con nosotros.
Recapitulando, recordó cuáles son los tres escalones del
demonio. En primer lugar nos tienta para que pongamos el corazón
en tener cosas: “en este caso el pan, las riquezas, las riquezas que
te llevan lentamente a la corrupción, ¡y esto de la corrupción no es
una fábula! Está por todas partes”, subrayó.
El segundo escalón es la vanidad: “nos gustan cuando nos
alaban, como el pavo. Y mucha gente se convierte en ridícula,
mucha gente. La vanidad te hace convertirte en ridículo”.
El tercero es el poder, el orgullo, la soberbia: cuando tienes
poder, te sientes Dios, y esto es el gran pecado. Ya no permitimos
que nos digan lo que hay que hacer, sino nos erigimos en
autosuficientes y arrogantes.
Detectemos por cuales escalones solemos bajar a fin de saber
rechazar las tentaciones que nos perjudican.
3) Para vivir
La guerra que tuvo San Miguel contra el demonio, dice el
Papa, se nos presenta a cada uno: “durante toda la historia esta
guerra se hace cada día: se hace en el corazón de los hombres y de
las mujeres, se hace en los corazones de los cristianos y de los no
cristianos”. Asimismo, aseguró que está la guerra entre el bien y el
mal donde “nosotros debemos elegir qué queremos, el bien o el
mal”.
El Papa nos invita a pedir al Señor que por la intercesión del
Arcángel San Miguel nos defienda de las insidias, del encanto, de las
seducciones de satanás, de la tentación de corrupción por el dinero,
por las riquezas, de la vanidad y soberbia. Hay una oración que
muchos santos han rezado a diario al arcángel San Miguel para que
nos defienda en la batallas contra el demonio y que también
podemos recitar.
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